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La cámara baja del Parlamento francés sesionó el martes por primera vez desde que el partido del presidente Emmanuel Macron perdió la mayoría, y se prevé que elegirá por primera vez a una mujer para presidirla.
Las elecciones legislativas a inicios de mes alteraron el panorama político francés. La alianza centrista Ensemble (Juntos) de Macron mantiene el bloque más grande, pero sin una mayoría suficiente para aprobar leyes por su cuenta.
La coalición izquierdista Nupes, la mayor fuerza opositora, espera frustrar los planes de Macron de reducir impuestos y elevar la edad de retiro de 62 a 65 años.
El partido ultraderechista de la tres veces candidata presidencial Marine Le Pen obtuvo una cantidad récord de bancas y se prevé que alentará medidas contra la inmigración.
Los tres partidos principales están elaborando medidas contrastantes para ayudar a las familias trabajadoras a enfrentar la inflación impulsada por la guerra de Rusia en Ucrania.
Uno de los primeros asuntos ante la nueva Asamblea Nacional es un proyecto del partido de Macron de incluir el derecho de aborto en la Constitución. La medida fue estimulada por el fallo de la Corte Suprema estadounidense que despojó a las mujeres de las protecciones constitucionales para el aborto.
La alianza de Macron escogió a Yael Braun-Pivet, una antigua socialista que entró al partido de Macron en 2016, para el puesto de presidenta de la cámara y se la considera favorita. La elección se realiza mediante voto secreto.
La Asamblea Nacional, la cámara con mayor poder en el Parlamento, tendrá un papel más importante que en los últimos 20 años.
Los partidarios de Macron temen que la nueva legislatura provoque una parálisis política, impidiendo sus esfuerzos por volver a la economía más favorable a los negocios y aprobar leyes climáticas. Sus detractores dicen que es más representativa de Francia.
