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Música en un suspiro

Johann Sebastian Bach, Suite orquestal No. 3 en Re mayor, BWV 1068

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA.-

En algún momento Felix Mendelssohn interpretó al piano el primer movimiento de la 3ª suite de Bach al gran poeta Johann Wolfgang Goethe. Su respuesta fue: "Imagino una procesión de gente elegantemente ataviada bajando desde las alturas". Sorprendentemente la música de Bach fue casi olvidada para el siglo XIX. De hecho, la obra de Bach fue más considerada bajo un aspecto teórico y académico. De hecho, a la muerte de Bach en 1750, los grandes públicos ya consideraban esta música algo indigesto y muy complicado.

Pasaron así 79 años hasta que en 1829, Felix Mendelssohn "descubre" y revalora la música del maestro, presentando la Pasión Según San Mateo en Berlín. Como era de esperarse, mucha de la música orquestal de Bach se perdió. Tristemente, sólo sobrevivieron al paso del tiempo, algunos 20 conciertos de solista, los conciertos de Brandemburgo y 4 Suites orquestales.

Específicamente la tercera suite fue una de las últimas obras en salir a la luz después de su largo letargo. Se piensa que data de 1731 y que fue concebida para ser interpretada por el Collegium Musicum, un ensamble creado por Telemann pero que más tarde estaría bajo la dirección de Bach.

Este ensamble solía presentarse en Leipzig, en la famosa Caffehaus o cafetería de Gottfried Zimmermann.

Zimmermann no cobraba cuota alguna al Collegium Musicum por ser la sede de sus conciertos, ni tampoco cobraba tarifa al público asistente. Sus gastos se cubrían básicamente por la venta de cafés. Aunque es indiscutiblemente una suite, es decir una colección de danzas, Bach simplemente la llamaba Obertura, a partir de la forma Obertura francesa creada por Jean Baptiste de Lully. Esto es, una gran y solemne pieza de inicio, seguida de danzas con ritmos y sentidos muy diferentes entre ellos, pero siempre manteniendo cierto sentido de unidad.

En el caso de la 3ª suite, se incluye una Gavotte, es decir una graciosa danza de origen francés, que aunque de naturaleza pastoril, fue muy gustada y solicitada en las grandes cortes. Un bourré, también de origen francés y según dicen la favorita de Luis XIV. Y finalmente una Gigue, una danza rápida inglesa, a la que por cierto Shakespeare catalogaba como "hot and hasty", caliente y apresurada. Sin embargo, la pieza más famosa de todas las suites de Bach es sin duda el 2º movimiento de la 3ª Suite, a saber, el Air. Una bellísima melodía sobre un sobrio, pero al mismo tiempo elegante acompañamiento con una inusual riqueza contrapuntística.

En 1871, el violinista August Wilhelm publicó un arreglo de esta obra para ser interpretada solamente en la cuerda de sol, a saber, la más grave, del violín. A partir de entonces la 3ª suite adquiere más popularidad y presencia en los escenarios. Llama la atención que, aunque Telemann haya escrito 200 suites, Johann Friedrich Fasch 100 o Christoph Graupner 40, sean las 4 suites de Bach las que hayan resistido los embates del tiempo, a pesar de que el mismo Bach dirigiera mucha de su inspiración fundamentalmente a la música sacra, y como ya vimos muy poco a la música orquestal.

El mismo Bach afirmaba: " Donde está la música devocional, Dios con Su gracia está siempre presente"…, quizá por ello, alguien afirmó: Bach habla al universo, Beethoven, a la humanidad, y Chopin al hombre".Suite Orquestal de J.S. Bach no 3…, en un suspiro.

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