Rosa María Salazar Rivera, directora de la Fundación Luz Y Esperanza.
La Fundación Luz y Esperanza (FULYE) manifestó que las mujeres además de sufrir toda tipo de violencia, también son víctimas de violencia estructural, esto ante la carencia de oportunidades que existen en las instituciones de la entidad, así como espacios públicos especializados.
Fue ayer que se llevó a cabo la inauguración del Mercadito “Liberando sueños dormidos”, en las instalaciones del “Multideportivo El Sarape”, esto en el marco de la conmemoración del 25 de noviembre Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer.
Durante este evento, la directora de la fundación, María Salazar Rivera, hizo un llamado para la creación de programas y políticas públicas enfocadas a mejorar las condiciones de las mujeres conforme lo establece la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
Destacó que el 80% de las mujeres que se atienden en la Fundación padecen todas las violencias, desde la psicológica, la física, la sexual, la patrimonial y la económica.
“Los hombres utilizan el aspecto del dinero para controlar a las mujeres, pero en realidad la violencia económica de las mujeres, es un asunto estructural, falta de oportunidades para las mujeres, espacios adecuados para trabajar y sobre todo, espacios como las guarderías para que para que las mujeres puedan ir con toda la tranquilidad a trabajar; esta violencia es estructural, no tenemos todas las adecuaciones que debe de haber para crear este piso parejo para las mujeres”, lamentó.
Destacó que una mujer en situación de violencia en ocasiones, permanece al lado del agresor por no tener una independencia económica y no tener donde vivir.
“Lo adecuado sería que una mujer que egresa del refugio vaya a un trabajo formal con prestaciones de ley, eso también lo hacemos, sin embargo, no en todas las mujeres opera lo mismo, pues hay mujeres que al salir del refugio tienen que hacerse cargo de sus hijos e hijas, tienen que estar atendiendo asuntos judiciales que no les permiten estar en un trabajo formal”, destacó.
Por lo anterior, destacó que los oficios que se enseñan en el refugio buscan que las mujeres puedan tener una forma de ganarse el dinero de una manera más sencilla.
“La intención de hacer el evento es que las mujeres vendan sus productos de bisutería, alimentos, repostería, productos naturales y accedan a talleres como serigrafía, sublimado, trapeadores y productos químicos. Con la venta de los productos el objetivo es formar un fondo económico para las mujeres que egresan del refugio”, resaltó.
Rosa María Salazar resaltó la necesidad de la creación de programas y políticas públicas enfocadas a mejorar las condiciones de las mujeres.
Destacó que entre estos debe de haber un programa de guarderías infantiles con ampliación de horario y de edades o bien un programa alterno de hogares sustitutos para el cuidado de niños, niñas y adolescentes y adultos mayores, programas de apoyo para proyectos de negocios propios, de techos tutelados, entre otros.
