(Foto: ISABEL AMPUDIA / EL SIGLO COAHUILA)
¿Qué pasa cuando tu pareja no es la persona que esperabas? Este, fue el caso de Rebeca, quien luego de enterarse que su esposo fue denunciado por pedofilia, no resistió el fuerte impacto, y la tarde del miércoles, cuando a pesar de estar embrazada y ser madre de un pequeño de tres años de edad, lo único que cruzó por su mente era terminar con su vida.
Fue en la habitación 515 del Hotel San Jorge ubicado en la calle de Manuel Acuña del primer cuadro de la ciudad de Saltillo, a donde arribo desde el pasado 30 de agosto la originaria de Villa Hermosa, Tabasco, en compañía de su hijo, Itiel Alonso.
Enterarse de la triste noticia, fue el detonante para que mil cosas pasaran por su cabeza, todo se imaginaba menos una acusación contra su esposo, Samuel “N”, por pedofilia, donde hasta el momento se ignora si hay una investigación de por medio o detención.
Por tal motivo, su hermana Leticia no dudo ni un segundo partir desde Tabasco hasta Saltillo para apoyar a su hermana, con quien una vez que tuvo contacto en su habitación del hotel en el transcurso del miércoles, Rebeca mostraba una actitud agresiva, probablemente aún por el shock de la noticia.
Sin aún digerir lo que sucedía, Rebeca, quien cuenta con tres meses de embarazo, no pudo más con la situación, por lo que opto por encerrarse en la habitación, sin caso a indicación alguna, lo único que quería era morir, lo cual comenzó a expresar a gritos.
Alarmados por la situación, la gerente del hotel, Erika “N”, decidió pedir ayuda a través del Sistema Estatal de Emergencias 911, acudiendo al lugar oficiales de la Policía Preventiva Municipal, así como de la Unidad de Integración Familiar (UNEDIF), y del Cuerpo de Bomberos de Saltillo.
Una vez que se encontraron al exterior de la habitación, solo se escuchaba el llanto de un bebé, mientras que al exterior del hotel, bomberos se preparaba para ingresar a cuarto 515 ubicado en el quinto piso desde el exterior, con ayuda de una escalera integrada en uno de los camiones, a pesar del riesgo que existía por el cableado que había en el lugar.
Por más de dos horas, autoridades realizaban labor de convencimiento para que la madre de familia les permitiera ingresar, mientras que al exterior del hotel, miles de curiosos de concentraron en el lugar, algunos con preocupación ajena, otros, principalmente algunos jóvenes, la situación la tomaban con cierto grado de broma.
Con el pretexto de que les permitiera una identificación, fue como la mujer abrió la puerta, aprovechando el momento, lograron ingresar a la habitación, rescatando a Rebeca, al igual que al menor, con la seguridad de que el objetivo se logró: salvaron su vida.
A bordo de una unidad particular así como por una de la UNIF, Rebeca junto al menor fueron trasladados a las instalaciones de la propia UNIF, lugar donde además de resguarda, se le ofrece todo el apoyo que requiere, canalizándola con expertos en la materia, a fin de que además de recuperar su salud mental, logre tomar las fuerzas necesarias para hacer frente a la situación.
