Miles de laguneros atestiguaron este Viernes Santo los azotes y caídas de Jesús Nazaret en la representación número 40 del Viacrucis viviente en el Cerro de las Noas de Torreón.
El fervor y las manifestaciones de fe se hicieron presentes desde la primera estación, cuando el Nazareno fue condenado a muerte ante una multitud que gritaba ¡Crucifícale!, ¡Crucifícale!.
Durante la procesión que consta de 14 estaciones y que simboliza cada uno de los momentos de la Pasión de Cristo, los fieles católicos revivieron el encuentro de Jesús con la Virgen María, con María Magdalena y Verónica, la mujer que le limpió el rostro.
Desde las primeras horas de este día, comenzaron a llegar familias enteras a las faldas del cerro de las Noas para presenciar la primera estación en la que Jesús es condenado a muerte. En medio de un clima que superaba los 22 grados centígrados y con los intensos rayos del sol, el hijo de Dios hizo su aparición acompañado de los romanos, los doctores de la ley y las dolientes.
En la estación dos y con la corona de espinas, José Luis Hernández quien dio a vida a Jesús de Nazaret cargó la cruz que pesaba 30 kilogramos.
En esta ocasión, el Viacrucis fue presidido por el rector del Santuario, Víctor Gómez en ausencia del obispo de la ciudad, Luis Martín Barraza Beltrán que presentó problemas de salud pero que se espera que asista a la misa de esta tarde en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen.
Con la cruz a cuestas, Jesús subió la rampa del Cerro de las Noas. Los niños y niñas principalmente le miraban con asombro, sobre todo cuando fue despojado de sus vestiduras, fue crucificado y María manifestó su dolor tras recibirlo muerto en sus brazos.
El Cerro de las Noas volvió a recibir a una gran cantidad de personas en este Viernes Santo luego de dos años de que los actos religiosos se interrumpieron a causa de la pandemia por el Covid-19.
El camino de Jesús al calvario se realizó en medio de un operativo de seguridad e higiene y asistieron autoridades municipales y estatales. En esta ocasión no asistió el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme como tradicionalmente ocurría.
La procesión terminó en la explanada de Cristo Rey y el padre Víctor Gómez informó que todas aquellas personas que subieron a pie al Santuario del Cerro de las Noas hoy iniciaron oficialmente la indulgencia plenaria que consiste en el perdón de los pecados, celebrar la eucaristía durante este tiempo y pedir y hacer oración por los más necesitados y hacer obras de caridad.
El rector dijo que hasta el momento todo ha transcurrido en orden y aprovechó para felicitar a los fieles católicos que asistieron por su buen comportamiento.
Foto: ERICK SOTOMAYOR / EL SIGLO DE TORREÓN
