De Lara busca competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. (ÉRICK SOTOMAYOR
Rondaba los ocho años cuando Miguel de Lara hizo una actividad llamada Cápsula del tiempo en la escuela primaria. En un papel, que guardaría dentro de una caja que enterraría y no volvería a ver hasta muchos años después, escribió: “Espero que cuando abras esta cápsula, ya seas medallista olímpico”, un sueño que persiste y en el cual sigue trabajando.
¿Nunca pensaste en elegir otro camino que no fuera la natación?
Yo siempre había querido dedicarme a esto. Aquí si quieres ganar algo decente tienes que ser de los mejores del mundo indiscutiblemente. Entonces yo pensé: cómo logro hacer para yo poderme dedicar a eso y seguir nadando todo lo que quiero lograr. Y vi que hay ciertas metas, ciertos tiempos, ciertas marcas, ciertas medallas, campeonatos que tengo que lograr.
¿Cómo supiste desde niño que querías dedicarte a esto?
Lo que pasa es que siempre fui muy competitivo. Y de chiquito mi mamá me metía a clases de Taekwondo, clases de piano, natación, todas las opciones. Por alguna extraña razón lo que mejor se me dio fue la natación y lo que más me gustó fue eso.
Tengo una opinión muy particular en cuanto al deporte en sí, por ejemplo, no me gustan los deportes de apreciación, clavados, nado sincronizado, gimnasia. Porque dependes de el juez que te está viendo, que él considere que eres bueno.
En los deportes de equipo, de fútbol, básquetbol, dependes del resto de tus compañeros de qué tan bien te va y si quieres destacar dependes de que alguien te vea. Tienes que tener mucha suerte en muchos aspectos.
Y los deportes que a mí más me gustan son los de tiempo y marca, que son atletismo, levantamiento de pesas, en donde es indiscutible. Es decir, te metes a la alberca, haces un tiempo y ya te ranqueaste uno, dos, tres lugares.
En el atletismo, la natación, es o no es y se acabó. Y eso es algo que a mí me encantó porque dije: bueno, si tengo o no éxito en esto va a depender al cien por ciento de mí, del trabajo que yo haga, de sí entreno más que la otra persona, de si lo que hago es de la calidad que es. Aquí no puedes engañar a nadie. Aquí te saltas un set en el entrenamiento, saltas entrenamientos, no comes bien, no estás bien mentalmente y se va a notar ahí.
Entonces siempre dije, quiero hacer algo en el deporte, quiero hacer algo competitivo, y algo que dependa cien por ciento de mí y pues ahí se acomodó perfecto la natación.
¿Y la natación qué ha aportado a tu vida?
Muchas cosas. Como base lo que todo deporte le agrega a la vida de cualquier persona: la disciplina, el valor del trabajo duro, la paciencia, porque no vas a obtener resultados inmediatos, en ningún aspecto de tu vida. A menos de que seas muy suertudo, pero en ningún aspecto de tu vida vas a tener resultados inmediatos, todo tiene que ser trabajo diario.
Yo siempre les digo: un día a la vez y eventualmente las cosas se van acomodando y vas mejorando en tu disciplina, hay que tener mucha paciencia. El deporte me ha llevado a conocer a mucha gente que sin él y la intensidad con la que decidí hacer las cosas, no hubiera conocido.
¿Qué giro tuvo tu preparación con la pandemia?
Para mí el Covid fue lo peor que le pudo haber pasado a mi carrera hasta ahorita. En el 2019 yo gané medalla en los Juegos Panamericanos, fue la primera medalla para México en muchos años, se rompió una racha muy larga, traía un ritmo de entrenamiento, una forma impresionante.
De los Juegos Olímpicos, de haber sido en 2020, yo hubiera ido y creo que hubiera hecho un muy buen papel para el ritmo que llevaba, pero con el Covid fue dejar de entrenar, no había albercas, traté de improvisar cosas. Tuve que cambiar de entrenador porque el hecho de que las albercas y gimnasios no eran seguros, la comunicación con el entrenador fue más complicada.
Pasé por muchas cosas muy difíciles y de igual manera le dio más tiempo a las personas y nadadores que viven en países primermundistas que sí tienen acceso a todas estas cosas, tener un año extra de prepararse.
Al final de cuentas terminó conmigo sacándome de los Juego Olímpicos, ya no pude ir, pero ahorita es recalcular, volverte a preparar para los siguientes juegos que ahora son en tres años, entonces se reduce el tiempo de preparación para ir.
Y buscas ir a esos juegos..
Sí, claro. Ahorita es muy diferente al ciclo pasado, porque el ciclo pasado tenía como necesidad dar resultados en cada temporada, principalmente para mantener la beca de la Conade, del Instituto del Estado y era lo que me mantenía para seguir entrenando de tiempo completo.
Ahorita nos dio tiempo de tener un poco más de calma con lo que vamos a hacer, podemos planear a tres años, el plan de entrenamiento va a ser para clasificar a París y nada más. Si se dan resultados a lo largo del camino qué mejor, pero lo que buscamos en la meta final es a tres años.
¿Cómo ves la natación en Torreón?
Para serte honesto, la natación en Torreón cuando yo crecí era de lo mejor en México, de lo mejor. De aquí salían nadadores impresionantes. Hemos tenido nadadores olímpicos de aquí de La Laguna y ahorita en este momento creo que nos está faltando bastante calidad en cuanto a nadadores. No sé si se perdió el camino o la visión de hambre de lograr cosas.
Digo, he visto albercas por todos lados, hay mucho material. Creo que si le inculcamos el deporte de alto rendimiento pueden salir muy buenos nadadores de aquí de torreón.
¿Tú te sientes satisfecho con lo que has hecho?
Siempre les digo: estoy muy feliz, nunca estaré satisfecho. Siempre estaré feliz de mis resultados, pero nunca estaré satisfecho. Digo, es uno de los hábitos, se vuelve esa hambre de mejorar en todo, en todo aspecto nunca estás en paz, en el lugar en donde estás, siempre quieres mejorar, siempre quieres ser mejor en algún ámbito de tu vida. Busca mejorar y esa es la clave del deporte de alto rendimiento.
A veces me preguntaba esto de “bueno, ¿cuándo se acaba esto de ya mejoré, pero quiero más, quiero ser más rápido a la siguiente, quiero bajarle más segundos?”, nunca se acaba. He hablado con campeones mundiales que hacen su prueba, rompen récord mundial y salen y te dicen: no, es que hice mal esto, hice mal aquello. Nunca se acaba, simplemente se vuelve tu forma de ser, es algo que quieres hacer por siempre.
¿Y te conflictúa esa idea?
No, no, no. Aprendes a vivir con ella, es parte de. Te tiene que gustar crecer, nunca querer dejar de crecer, es aprender a estar a gusto y ser feliz en el camino, en el proceso, que todo lo que haces y todo lo que buscas mejorar es un proceso y no tienes porqué esperar al final del proceso para ser feliz, tú tienes que ser feliz durante y aprender a disfrutar. Si al final las cosas se dan, qué mejor y si no, disfrutaste un proceso larguísimo en el cual mejoraste de uno u otro aspecto.
¿Ahorita te estás concentrando de aquí a tres años…?
De aquí a París, sí. Con sus metas a corto plazo, como debe ser, que es Fukuoka en mayo, luego va a haber a finales del 2023 los juegos Panamericanos, a principios del 2023 los Juegos Centroamericanos y en diciembre de 2022 el selectivo a esas dos competencias.
¿Y si ahorita hicieras otra Cápsula del tiempo, de proyección de aquí a otros años?
Uuuh, me la pones difícil. Híjole, no sé. Probablemente lo mismo, ser medallista olímpico definitivamente es la número uno. Y la segunda probablemente sea estar haciendo algo que me haga feliz sin importar qué es lo que sea, tan sencillo como eso.
