(FERNANDO COMPEÁN)
Hay un empeño genuino en Susy Armas Enríquez de acompañar su nombre siempre con los dos apellidos y va más allá de honrar a sus antepasados, es la afinidad que tiene con las dos familias.
“De los Armas aprendí el amor al estudio, el amor al conocimiento, a la lectura, porque la familia de mi papá, la mayoría se ha dedicado a la docencia desde muy temprana edad. De los Enríquez, me enseñaron el amor al trabajo y si hay algo que valoro es el amor al trabajo. No existe ningún Enríquez flojo”, dice Susy entre risas desde su consultorio en el Centro de Orientación y Terapia Familiar que visualizó desde el nacimiento de su primer hijo en el año 2001 y materializó, junto a otras mujeres, en enero de 2010 en Torreón.
Su gusto por la psicología surgió por su interés en entender su propia vida, ya que está segura que “la carrera que elegimos es en relación a lo que vivimos en torno a nuestro sistema familiar”.
Desde los 18 años que Susy decidió estudiar esta licenciatura, empezó un acompañamiento terapeútico. El aprendizaje y la terapia han persistido en su vida desde entonces. “Un psicólogo que no se trabaja, que no se conoce, que no va a terapia, no puede ejercer desde un lugar profesional”, asegura.
Haciendo honor a su primer apellido, desde que Armas se adentró en el mundo de la psicología no ha dejado de estudiar. A su preparación sumó una Maestría en Terapia Familiar y de Pareja, Orientación en Terapia Familiar, la hipnosis, la terapia humanista, la terapia Gestalt y la terapia corporal.
“Hace justo tres años ingresé al estudio de algo que se llama Mujer Medicina, que es incorporar toda la parte espiritual a mi práctica psicológica. El entrenamiento que tuve ahí confirmó el hecho de que somos las mujeres quienes nos unificamos y realmente creo profundamente que somos las mujeres quienes vamos a cambiar el mundo, porque lo he visto en el trabajo permanente constante, en donde con este granito de arena en el tema de salud mental estamos sembrando una mentalidad distinta de valoración, de poder cambiar la dinámica familiar, de poder cambiar un autoestima, un proyecto de vida”, asegura Susy.
A su saneamiento personal y a su práctica profesional se sumó la parte espiritual con el aprendizaje de la astrología.
“Yo la integré en mi práctica porque justo en el 2009 me hacen mi primera carta natal, ahí es cuando conozco a quien fue y ha sido mi maestro de astrología. Me dijo muchas cosas que yo ya había pensado y él me lo confirmó y me hizo una predicción a siete años y muchas de las cosas que me dijo, me hicieron mucho sentido y después dije: quiero saber más profundamente de esto, quiero aprender. Entonces le pedí que me enseñara y lo hice más por una cuestión personal, pero después, en algunas ocasiones, por supuesto uso esto como una herramienta terapéutica, como una herramienta de autoconocimiento. La carta natal es un mapa y ese mapa nos va a permitir conocernos, saber cuál es el camino que podemos recorrer y cómo podemos ser mejores personas, cuál es ese talón de Aquiles que va a estar ahí invitándonos a crecer permanentemente”, cuenta Armas Enríquez.
Con más de 25 años de experiencia en la psicología, Susy asegura que el cuidado de la salud mental es primordial si se quiere disfrutar la vida.
“Yo veo que cada día más personas buscan apoyo psicológico porque se dan cuenta que sin salud mental no hay nada. Porque la salud mental es lo que permite que disfrutemos de la vida. Cada día se ha naturalizado el hecho de que las personas busquen terapia, porque creo que poco a poco hay muchos estigmas y prejuicios que se han ido relegando”.
Ante la pregunta de si se dedica completamente a su trabajo, Susy responde con evidente sonrisa: “Me dedico cien por ciento a mi vocación, amo mi carrera profundamente y ahora sí como dicen: ‘cuando haces lo que te apasiona no es un trabajo’. La verdad, no me veo haciendo otra cosa”.
