Las cabezas de los cometas pueden ser verdes
Un equipo encabezado por científicos australianos, que necesitó una cámara de vacío, muchos láseres y una poderosa reacción cósmica, logró demostrar la teoría que tenía más de 90 años de existencia, pero son comprobación.
El carbono diatómico es el responsable de este cambio de color de la cola del cometa, la nube de polvo y gas que rodea el núcleo, y los científicos también han explicado por qué ese tono verde nunca llega hasta la cola.
En la década de 1930, el físico Gerhard Herzberg propuso que el fenómeno se debía a que la luz solar destruía el carbono diatómico o dicarbono (C2), una sustancia química creada a partir de la interacción entre la luz solar y la materia orgánica de la cabeza del cometa, pero, como esta no es estable, la teoría ha sido difícil de comprobar.
La nueva investigación ha comprobado el mecanismo por el que la luz solar descompone el dicarbono.
El dicarbono, altamente reactivo y responsable del color verde de muchos cometas, está formado por dos átomos de carbono pegados y solo se encuentra en entornos extremadamente energéticos o con poco oxígeno, como las estrellas, los cometas y el medio interestelar.
Este elemento no existe en los cometas hasta que se acercan al Sol y empieza a calentarlos, momento en que la materia orgánica del núcleo helado se evapora y se traslada a la coma. La luz del Sol rompe entonces estas moléculas orgánicas más grandes, creando el dicarbono.
Se demostró que, a medida que el cometa se acerca al Sol, la radiación ultravioleta extrema rompe las moléculas de dicarbono que acaba de crear en un proceso llamado "fotodisociación".
Este proceso destruye el dicarbono antes de que pueda alejarse del núcleo, haciendo que la coma verde se vuelva más brillante y se reduzca, por lo que ese color nunca llega a la cola.