(SAÚL RODRÍGUEZ)
El artista lagunero José Jiménez Ortiz se interesa en abordar la temática del paisaje. En primer lugar, desde una perspectiva histórica, pero también desde las problemáticas del paisaje actual. Le parece extraño apreciar cómo, desde los distintos orígenes, cada momento histórico y social determina el concepto que se entiende por paisaje.
“De entrada, el paisaje como tal es un invento cultural de finales del medievo. Discutíamos eso en el curso: el paisaje no existe como concepto, como idea, como parte del pensamiento humano desde hace 700 años. Entonces, me interesaba partir de esa idea de qué había antes”.
Jiménez Ortiz está en el Museo Arocena de Torreón, desde donde cada viernes y sábado de octubre impartirá el curso gratuito titulado El paisaje como protagonista en la historia del arte, en una colaboración con la Fundación BBVA. En él, realiza un recuento de la historia del arte, desde las cuevas de Chauvet hasta el medievo (etapa donde el concepto es nulo, pues sólo había interés por el objeto), pasando por distintas etapas posteriores al renacimiento.
En algunos lapos de tiempo, el paisaje aparece en el arte como protagonista y, en otras ocasiones, como testigo silencioso. Jiménez Ortiz analiza las obras desde su contexto y la aparición de nuevos formatos como la fotografía satelital, ligada profundamente a los intereses bélicos del siglo XX.
“La constitución de un imaginario hacia el paisaje, en el contexto actual, tiene que ver con temas de realidad virtual e inteligencia artificial. La aparición de la urbe, de toda esta construcción acerca de la aldea, del pueblo, de la realidad rural, para llevarlo a un plano completamente desconocido para el ser humano… ese proceso de análisis y reflexión que hace el artista para representar esa nueva realidad, siempre me ha parecido reveladora e interesante”.
Otro interés del artista es forjar conexiones, quitar limitantes y no centrarse únicamente en cuestiones técnicas de representación pictórica. Su objetivo es trasladar el análisis hacia qué ocurría en el contexto hacia otros ámbitos como el político y el económico. El caso de las exploraciones europeas en lo que sería el continente americano, destaca cómo el paisaje artístico es manipulado conforme a ideologías religiosas con fines de colonización.
“Es imposible hablar de las exploraciones (en el nuevo mundo), sin hablar de una visión colonialista que tenían las mismas y ese ímpetu no sólo por descubrir, sino por llegar, descubrir, dominar e imponer una serie de valores políticos, religiosos, culturales, etcétera”.
El curso que imparte José Jiménez Ortiz se desliga de lo lineal. Su planeación explora paralelismos y sucesos que ocurrían en el mismo lapso temporal: ¿Qué pasaba en África con el paisaje? ¿En Asia? ¿En América? Cuestiones que tratan de apartarse de un discurso hegemónico y egocentrista.
“Me muero de ansias por llegar al siglo XX y esta explosión de la urbe, esta explosión de la tecnología y sobre todo analizar qué es el paisaje en la contemporaneidad. Pareciera que, después de una época en la cual pudimos abrazar paisajes gracias a los pintores flamencos, nos volvemos a retraer a una pantalla”.
