(CORTESÍA)
Si su debut en la Monumental Plaza México ya era demasiado para convertirse en un recuerdo para toda la vida, el cortar dos orejas y vivir momentos que le conmovieron hasta las lágrimas, cincelaron lo que será una noche memorable para el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero, quien tuvo una sensacional presentación en el escenario más grande del mundo taurino.
Arturo le cortó dos orejas al novillo “Arquitecto”, de la ganadería Núñez del Olmo, en una faena de gran maestría que cerró la novillada nocturna de aniversario en el coso de Insurgentes, donde el respetable incluso solicitó con vehemencia el indulto para el astado. Fue una actuación redonda para el joven espada lagunero, quien luego de fallar con el acero ante su primer astado, el cual fue merecedor del arrastre lento, toreó con maestría a su segundo novillo, un cornidelantero que mostró gran nobleza y embistió en cada momento.
Con Gaoneras, Tafoyeras, Martinetes, Arrucinas y magníficas Revoleras, Gilio Quintero se lució ante una festiva afición que de inmediato “enganchó”con el nativo de Torreón, observado de cerca por sus emocionados padres y por quienes le han acompañado desde que dio sus primeros capotazos.
Luego de dejar el ayudado para perfilarse a matar, “Arturillo” no se aventuró ante una sonora petición de indulto, pero el juez de plaza ordenó dar muerte al animal y el novillero hundió la espada hasta la empuñadura, el astado dobló y el joven espada celebró efusivamente hasta llegar a las lágrimas, recibió una oreja y a petición del respetable, concedió un segundo apéndice; aunque hubo peticiones de rabos, el juez no dio su brazo a torcer.
Un abrazo efusivo fundió a los Gilio, con lágrimas en los ojos de ambos, como si las fechas de aniversario de la Plaza México tuvieran esa magia para ellos, ya que un día como hoy, hace 30 años, Arturo papá triunfó en grande, dentro de ese mismo ruedo.
Paseó Arturo las dos orejas, en compañía de los ganaderos Mario del Olmo y Enrique Núñez, para luego declarar: “lo soñé muchas veces y hoy es un sueño hecho realidad el escuchar el “olé” de esta plaza, fue un anhelo desde hace muchos años y hoy estoy llorando de alegría”.
Arturo tendrá una “Encerrona” el próximo sábado 19 de febrero, su última novillada en casa, antes de tomar la alternativa.
