Héctor Bonilla murió a los 83 años a causa del cáncer de riñón (ARCHIVO)
Otro grande se ha ido. El mundo de la actuación está de luto.
Apenas hace unos días la música había perdido a Pablo Milanés y ahora el gremio nacional llora la partida de Héctor Bonilla.
La Secretaría de Cultura del Gobierno informó la tarde de ayer la muerte del gran artista a raíz del cáncer de riñón que padecía.
"La Secretaría de Cultura lamenta profundamente el fallecimiento del actor Héctor Bonilla, egresado de la Escuela de Arte Teatral del INBAL y considerado uno de los mejores actores de México. Se desarrolló en teatro, televisión y cine, donde participó en filmes como Rojo amanecer", mencionó la dependencia.
Más tarde, el hijo del actor, Fernando Bonilla, confirmó en un comunicado el deceso de su padre.
"Murió en casa, en paz, sin dolor y rodeado por su círculo más íntimo, que lo acompañó hasta el final", se lee en la misiva.
"Somos conscientes de que Héctor dejó un legado inconmensurable y muchísimos corazones lamentarán su pérdida. Sepan que, a pesar de la infinita tristeza que nos embarga, estamos tranquilos por despedir a un hombre que se fue sin deberle nada a nadie, que vivió intensa y plenamente , que predicó siempre con el ejemplo y sembró amor y alegría por cada camino que recorrió. Como él quería", añade el escrito.
La última visita que Héctor hizo a la región tuvo que ver con la música. El actor formó parte del video musical Una noche no me basta, que grabaron el lagunero Simón León y Shaila Dúrcal en Parras, Coahuila.
A inicios de abril de 2019, tras haber enfrentado problemas de salud Héctor reapareció ante el ojo público y fue en Parras donde lo hizo.
De buen humor y con todas las ganas de seguir trabajando, dijo a El Siglo de Torreón que se hallaba muy contento de estar en La Laguna y de formar parte del proyecto del torreonense y la hija de Rocío Dúrcal.
En unos viñedos, Héctor grabó varias escena del clip y en la trama del mismo dio vida al padre de Simón.
Bonilla hizo más visitas a la Comarca Lagunera. El 5 de octubre de 2010 ofreció el monólogo Yo soy mi propia esposa en el Teatro Isauro Martínez ante una gran asistencia.
Con un vestido negro y un collar de perlas, Héctor Bonilla se metió en la piel de "Charlotte Von Mahlsdorf" y en la de otros 34 personajes que rodearon al célebre travestí de origen alemán.
La obra unipersonal dirigida por Lorena Maza, Yo soy mi propia esposa, arrasó en su paso por Torreón, dentro del marco del Festival Artístico Coahuila 2010.
El público, que abarrotó el Isauro Martínez, quedó sumamente conmovido por el trabajo de Bonilla, que como era de esperarse ofreció una cátedra de actuación.
En dos actos, los espectadores fueron testigos de que sin necesidad de una caracterización, el histrión, dio vida en ese entonces a un total de 35 roles, basándose únicamente en su voz, gestos y movimientos de las manos.
Los inicios de Héctor
Bonilla Tenía 15 años y cursaba la educación secundaria cuando una maestra montó La tierra de Jauja, de Lope de Rueda, en la que obtuvo un personaje a pesar de su timidez natural.
Sus padres querían que todos sus hijos fueran médicos, pero se rebeló y optó por Derecho en la UNAM, en donde también pudo combinar la práctica del futbol americano y clases en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes.
“Iba a los Estudios Churubusco a ver qué salía. Me acuerdo que íbamos a las oficinas de don Alfredo, el papá de Arturo Ripstein, y nos ponían así, contra la pared a todos y pasaban y nos veían, nomás faltaba que nos vieran como caballos para ver a quién levantaban para qué papel”, recordó en una entrevista a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
A fines de los 80’s, junto con Jorge Fons, levantó el proyecto Rojo amanecer, que retrataba lo ocurrido en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.
Al rodaje llegaba sin tener aprendido bien el guion, pues estaba más preocupado en conseguir los recursos. Y fue cuando entró Valentín Trujillo para el empuje final.
Logró dirigir una película, Mónica y el profesor, de la cual sabía no quedó como estaba planeado. Pese a s
