
El agua en la Comarca Lagunera está cargada de plomo, fluoruro y arsénico, entre otros elementos.
Ni inodora ni incolora ni insípida. El agua en la Comarca Lagunera está cargada de plomo, fluoruro y arsénico, entre otros elementos, que deben ser removidos antes de llegar a los domicilios, pero que de origen, evidencían un grave problema de contaminación en los pozos profundos.
En 2021, expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coordinados por Luz María del Razo, Juan Manuel Ledón y Mónica Velasco, participaron en el libro "Hacia el Cumplimiento del Derecho Humano al Agua. Arsénico y fluoruro en agua: riesgos y perspectivas desde la sociedad civil y la academia en México". El documento advierte que en cinco municipios de Coahuila y 25 de Durango, existe algún grado de afectación por la presencia de arsénico y/o fluoruro en el agua subterránea.
Señala que la mayor problemática de la calidad de las aguas subterráneas se debe a la presencia de manganeso, hierro, plomo, cromo, mercurio, fluoruro, arsénico, cloruros, sulfatos, y bacterias coliformes por infiltración de aguas negras; sin embargo, los estudios de calidad del agua de los acuíferos que incluyan estos parámetros son pocos, como también lo son las acciones para generar agua potable a partir de los cuerpos de agua en donde se ha detectado algún tipo de contaminación.
Actualmente, el tratamiento principal que recibe el agua subterránea es la desinfección, que es la forma como la autoridad federal la entrega a las autoridades locales encargadas del suministro a la población. Definitivamente, este tipo de tratamiento resuelve esencialmente el problema de contaminación por bacterias, pero no tiene impacto en la remoción de contaminantes inorgánicos como los metales, el arsénico, el fluoruro, estos últimos reconocidos por su importancia en la salud humana.
La Normativa Nacional para agua de uso y consumo humano (NOM-127-SSA1-1994. Salud Ambiental, 2000) indica como límites máximos permisibles 0.025 mg/L para arsénico y 1.5 mg/L para fluoruro. Esto sin cumplir la Normativa Internacional que marca la Organización Mundial de la Salud, y que corresponde a 0.010 mg/L para arsénico y 0.7 mg/L para fluoruro.
Los intervalos de concentración reportados en las entidades afectadas es de 0.05 a 29.6 mg de fluoruro por litro de agua y de 0.003 a 0.53 mg de arsénico.
Investigadores laguneros han insistido en que la contaminación del agua en el subsuelo, que se extrae para abastecer a la población, se origina en gran parte en la irracional sobreexplotación a que se ha sometido a los acuíferos, donde no se mide y por tanto no se controlan los volúmenes extraídos, principalmente por los grandes usuarios agropecuarios que han concentrado las concesiones.