(FOTO: Fernando Compean)
Los bustos de polímero que sobreviven en la Calzada de los Escritores de la Alameda Zaragoza y que representan a importantes escritores e intelectuales de la región, lucen descuidados, cubiertos con heces de aves, grafiti, y, en algunos casos, sin su respectiva placa informativa, por lo que los paseantes de esta área verde no pueden informarse o documentarse sobre a qué personajes responden las obras.
La Calzada de los Escritores fue inaugurada en septiembre de 1984, por la administración municipal de Braulio Fernández Aguirre, durante las fiestas por el aniversario de la ciudad, Originalmente los bustos eran de bronce.
Según el libro Cien años de presidentes municipales en Torreón de José León Robles de la Torre, las primeras esculturas colocadas fueron las de la periodista y escritora Magdalena Mondragón, el maestro Pablo C. Moreno, el maestro José R. Mijares, el poeta Rafael del Río y, al inicio de la calzada, el padre de la literatura española: Miguel de Cervantes Saavedra. En 1985, arribaron las de la poeta Enriqueta Ochoa, el escritor Juan Antonio Díaz Durán y el periodista Enrique Mesta. En 1986, fue la de Emilio Herrera Muñoz, En 1987, las de Salvador Vizcaíno Hernández, Federico Elizondo Saucedo y José León Robles. En 1998, el del maestro y colaborador de El Siglo de Torreón: Joaquín Sánchez Matamoros. Entre otros.
Cabe señalar que, según narran las notas periodísticas de este diario, algunos personajes como la poeta Enriqueta Ochoa o el historiador José Robles de la Torre, estuvieron presentes en la develación de su busto. Otros se colocaron post mortem.
Los bustos de bronce originales fueron hurtados entre 2008 y 2010, durante la época de cruda violencia en la región. En ese entonces, también desapareció el árbol de metal perteneciente al monumento en honor al poeta libanés Gibrán.
En 2012, la administración municipal de Eduardo Olmos instaló réplicas de polímero para remplazar algunos de los bustos de bronce (con sus respectivas placas hechas de un material similar), pintadas de color dorado, intentado recobrar algo del fulgor de sus antecesoras.
Daños
No obstante, el descuido provocado por las administraciones municipales a través de los años, se refleja en la actual condición de estas réplicas.
El busto de Magdalena Mondragón, periodista que comenzó su carrera en El Siglo de Torreón y la primera mujer en dirigir un periódico en México, es uno de los que carece de placa. Este busto se encuentra justo detrás de la biblioteca José García de Letona.
Otra escultura afectada es la de Salvador Vizcaíno, que ha perdido sus lentes, y la de la poeta Enriqueta Ochoa, en el lado poniente de la calzada, que igualmente aparece sin su placa.
Cabe resaltar que no sólo los bustos en la Calzada de los Escritores se han visto afectados por el hurto y el descuido. Por ejemplo, la placa en el pilar que ostenta busto del general Ignacio Zaragoza, en las inmediaciones del lago Coahuila, también luce ausente.
A esto se añade la desaparición de las esculturas en la llamada Plaza de los Ilustres, que ahora se observa sólo como una plancha de cemento y estructuras vacías.
Uno de los pocos monumentos que conservan su placa, es el busto del maestro Jesús María del Bosque, a un costado de la biblioteca. Del Bosque fue fundador de la primera escuela preparatoria en Torreón, en 1927.
