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La Peña Beisbolera

'El Sarita' Murillo

JUAN GARCÍA

Las nuevas generaciones de aficionados laguneros al beisbol, y particularmente quienes además lo practican, considero necesario que conozcan a quienes fueron figuras señeras del deporte rey en la región y cuyo recuerdo debemos mantener siempre presente.

Es el caso del inolvidable Tomás Murillo Carrillo, popularmente conocido como "El Sarita" Murillo, icono del beisbol lagunero del siglo XX. Oriundo de Rancho de los Ríos, municipio de Jerez, Zacatecas, donde nació en 1915, de niño llegó con sus padres a la ciudad de Torreón, donde se instaló con su familia en la populosa colonia La Polvorera.

A pesar de carecer del ojo izquierdo, que perdió en su pueblo natal a causa de una epidemia de viruela cuando apenas tenía ocho meses de edad, a los 13 años empezó a destacar en el beisbol con el equipo de categoría juvenil "Torreón y Anexas".

Para 1936, a los 21 años de edad, Tomás era ya un reconocido pelotero, pitcher, de primera fuerza con el equipo La Unión y en 1940 militaba entre lo mejor del beisbol lagunero, pues llegó a formar parte de equipos tan formidables como Herreros de La Esperanza y el glorioso conjunto de El Palmito, Durango.

En 1944 se presentó en la Ciudad de México para participar en los entrenamientos de pretemporada del equipo Juárez-Loreto de la muy fuerte Liga Invernal Metropolitana, bajo la supervisión del célebre Francisco "Pancho" Torrijos, pero no llegó a acuerdo alguno.

De regreso a La Laguna formó parte del equipo de Torreón integrante de la Liga Nacional (rival de la Liga Mexicana de Beisbol, LMB), al lado de grandes figuras como Basilio "El Brujo" Rosell, "Tacho" Santaella, Juan Guerrero, Jorge Galina y Jesús Serrano.

El "Sarita" Murillo fue el 4 de diciembre de 1948 el primer jugador en tomar turno al bat en la historia de la Liga Mayor de Beisbol de la Laguna, circuito de gran tradición en la Comarca por el que han desfilado más de 3 mil 500 peloteros, entre ellos un incontable número de grandes estrellas del beisbol.En sus postrimerías como pelotero, nuestro personaje fue muy solicitado para dirigir equipos, como lo hizo con el de Camargo, Chihuahua, el de Ignacio Allende, Durango y varios de la Liga Mayor de La Laguna.

Su última etapa en el rey de los deportes la cubrió como masajista (ahora les dicen "trainer"), práctica en la que puso en juego todos sus conocimientos y experiencia adquiridos como beisbolista activo, para los equipos Unión Laguna, Monclova, Puebla (en tiempos de Tony Castaño), Saltillo y Tampico en la LMB, así como para el de Tijuana de la Liga del Pacífico y Las Choapas de la Liga Invernal Veracruzana.

A pesar de su problema físico, "El Sarita" Murillo, fallecido en Torreón hace años, fue un deportista de mucho pundonor y coraje, siempre optimista y alegre con su característico grito de batalla pronunciado con beisbolero acento antillano: "¡Hay que ponerle pimienta, chico!"

Hay quienes afirman que por los diamantes laguneros aún a veces se escucha, como eco lejano: "¡Hay que ponerle pimienta, chico!"

NOTA: Aún no se ha definido la fecha de la reunión con Jorge "Charolito" Orta, aunque será en el curso del presente mes de diciembre.

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