En un abrir y cerrar de ojos, ya nos encontramos con casi dos meses de actividad de la NFL y mañana viernes Dios mediante, con el inicio del "clásico de otoño" (¿Qué más podemos pedir?) por lo cual, nos deja sin duda alguna, que es la mejor época del año y disfrutar de estos dos magníficos eventos y si a eso le agregamos que también comenzó la temporada de la NBA, nos podemos sentir privilegiados de ser parte de esta historia que no tiene comparación.
La semana siete nos trajo la contundente victoria de los Jefes en San Francisco donde se apuntaló aún más al equipo de Andy Reid entre los tres grandes y los Vaqueros, que ganaron con Dak Prescott normalizando afortunadamente a los cuatro primeros y trató de recoger las piezas que faltaban cuando, las Águilas y los Bills, cada uno de ellos inactivo, siguen siendo la flor y nata de la cosecha pero también, en la Gran Manzana empiezan a creer en Santa Claus con dos victorias más de sus equipos otorgando a la ciudad que nunca duerme, el doble de bienes raíces entre los 10 primeros por primera vez desde, dejen acordarme ¿1986? y también por allí, el actual campeón de la AFC, los Bengalíes, que son tan imponentes como cualquier ofensiva en la liga cuando Joe Burrow sale con el chip recargado.
Y las cosas tienen un poco más de sentido esta semana porque estamos a fines de octubre y la NFL es un lugar aterrador y probablemente el día de hoy jueves cuando los Cuervos viajen a la Florida para enfrentarse a unos Bucaneros que andan perdidos en el mar y no encuentran la brújula y más que nunca, se deben sentir en que nuevamente los de rayas negro con blanco, tienen que ayudar a su pasador porque la semana pasada, hasta parece que los demandaron en Carolina por no haberse a presentado a jugar mientras que Baltimore, construyó una ventaja de dos dígitos en la segunda mitad, regresando a la columna de victorias con un 23-20 sobre los Browns.
Y sin duda que uno de los partidos estelares de esta semana, será la visita del próximo domingo en el horario más adecuado cuando en la noche, los Empacadores con una marca inusual en estas fechas de 3-4, visiten al mejor equipo de la liga como son los Bills y veremos qué tal sale Josh Allen brotando del adiós de la semana siete como un fuerte contendiente, y quizás el favorito temprano, en la carrera por el Jugador Más Valioso de la NFL, mientras que Green Bay es una escuadra con una ofensiva promedio donde esto parece imposible cuando el MVP reinante Aaron Rodgers, está en el edificio, pero si de algo estamos seguros, es que el conjunto de Wisconsin continúa paralizado por un juego aéreo que no puede mantener ningún nivel de impulso y esto, sin duda, no ayuda de que Matt LaFleur siga siendo alérgico a simplemente conducir el ataque a través de sus corredores bimotores, Aaron Jones y AJ Dillon porque su decisión de pedir un pase en un crítico cuarto y uno en el último período de la derrota del domingo ante Washington, cuenta la historia de un llamador de jugadas que sigue siendo demasiado terco en su plan porque su receptor abierto novato Romeo Doubs, dejó caer el balón pero también lo hizo su entrenador en jefe.
Y después de vencer a los Bucaneros en la sexta semana, los Acereros volvieron a las mismas el pasado domingo por la noche en Miami, pero ahora la tienen bien complicada ya que estarán de visita en la cuna de la independencia de los Estados Unidos para medirse al único equipo invicto como son las Águilas a quién hay que agregarle crédito a su profundo C.J. Gardner-Johnson adquirido de los Santos el día de la reducción de la lista por un par de selecciones del draft del día 3, que ha consolidado a la secundaria de Filadelfia y uno de los líderes vocales y carismáticos del equipo. ¡Que viva la NFL y el beisbol!
