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Juan Manuel González Cerda

Economía y envejecimiento productivo

Contexto lagunero

JUAN MANUEL GONZÁLEZ CERDA

El envejecimiento productivo es un tema relevante y de máxima actualidad que ha sido propuesto en la literatura gerontológica por el Dr. Robert N. Butler, a principios de la década de 1980. El envejecimiento productivo hace referencia al concepto de productividad como el conjunto de beneficios colectivos que las personas mayores logran partiendo de sus acciones individuales. Según este especialista, por vejez productiva debe entenderse "la capacidad de un individuo para servir". Los adultos mayores participan activamente en una diversidad de ocupaciones de la vida cotidiana colaborando notoriamente en las dinámicas diarias de la familia y la comunidad que los rodea. Podemos encontrar muchos ejemplos de personas mayores que desempeñan alguna tarea remunerada como la producción artesanal, el cuidado de enfermos, la docencia, el comercio o la profesión que han realizado a lo largo de toda su vida. Otros que realizan actividades poco frecuentes, cuyo trabajo realizan de manera voluntaria, con fines solidarios. Entre estas actividades se pueden señalar el apoyo escolar, la colaboración en las actividades comunitarias, la enseñanza religiosa en capillas e iglesias y talleres artesanales. El envejecimiento productivo aporta la contribución social de las personas mayores y a la satisfacción de necesidades sociales relevantes. Es importante tener en cuenta que, existen otras posturas acerca del envejecimiento productivo que sostienen que productivo es toda aquella actividad que resulta significativa para el individuo. Es envejecimiento productivo porque hay un número importante de personas mayores jubiladas que inician nuevos oficios o desarrollan sus propios microemprendimientos, deciden estudiar una carrera, hacer cursos de especialización o finalizar el ciclo escolar que debieron postergar durante los años de trabajo. Además, hay una enorme cantidad de abuelos que cuidan a sus nietos u otros familiares enfermos y colaboran con las tareas domésticas, que van desde cocinar hasta realizar una huerta para el consumo familiar. Así pues, las dimensiones del envejecimiento productivo son numerosas entre las personas mayores, pudiendo especificar cuatro grandes grupos de aportes: El trabajo familiar doméstico. Abarca todas las actividades no remuneradas que implican el mantenimiento y cuidado de la casa, quehaceres domésticos desde cocinar y lavar la ropa hasta organizar eventos, los trámites y compras de alimentos y el cuidado de nietos, bisnietos u otros familiares, así como, también, la transferencia de saberes, oficios y conocimientos a las generaciones más jóvenes. Es importante destacar el valioso aporte de las personas mayores, especialmente el papel de las mujeres mayores que cumplen el rol de cuidadoras primarias tanto de los nietos como del cónyuge o de otros familiares dependientes, desarrollando una tarea que contribuye al bienestar del grupo familiar y que no ha adquirido la visibilidad que merece.El trabajo voluntario en la comunidad. Servicios o ayudas ofrecidas gratuitamente en favor del bienestar de la comunidad. Se trata de una actividad dirigida a otros, beneficiando a individuos, grupos y a la sociedad en su conjunto que, generalmente, está relacionada con la participación en organizaciones de barrio, comunitarias, gubernamentales, religiosas, educativas, entre otras. Ser voluntario es importante porque implica una tarea que requiere dedicación, responsabilidad y compromiso social, hace que las personas se sientan útiles, además de generar satisfacción por la colaboración prestada en sí misma.El trabajo remunerado. Se agrupan todas las actividades que las personas mayores realizan a tiempo total, parcial, a largo plazo o esporádicas a cambio de un ingreso. En muchos casos, el trabajo que realizan los adultos mayores jubilados es una continuación del que han venido realizando durante gran parte de su vida laboral, optando por dedicarle menos cantidad de horas diarias a su labor.Las actividades educativas culturales. Agrupa todas las formas de participación en actividades de capacitación y transferencia de conocimientos, experiencias y habilidades. En este sentido, las personas mayores son depositarias de saberes populares, tradicionales y regionales por lo que, desempeñan un papel fundamental en la transmisión intergeneracional de sus saberes. Asimismo, muchas personas participan en programas educativos formales (como es el caso de las Universidades para la Tercera Edad, las Escuelas de Oficio, o diferentes programas de capacitación para adultos mayores) interesadas en incorporar nuevos aprendizajes.  Es importante comprender que la calidad de vida, e incluso la sostenibilidad colectiva, no puede medirse solamente con índices económicos sino, en cómo las personas pueden sentirse como tales y cómo pueden ver que contribuyen a los destinos colectivos sin ser marginadas ni ignoradas en la toma de decisiones, ni verse limitadas en el desarrollo de sus capacidades y en la ilusión por seguir emprendiendo proyectos personales.Cuando las sociedades consideran a los viejos como una carga que todos deben llevar a cuesta, los ancianos, respondiendo a esta expectativa social, se transforman en sujetos de necesidades y demandantes de servicios. Se formulan políticas sociales "para y por" los mayores. Por el contrario, considerar a los mayores como un "recurso" provoca el intercambio y la participación como sujetos activos, el desarrollo de las potencialidades, y no se omiten deberes y derechos con toda la sociedad. Los mayores son parte de cada vez más importante de la sociedad. Fuente de referencia: Contribuciones de las personas mayores. Ivana Miralles

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