Para ello se colocaron alarmas vecinales en distintos lugares.
Uno de los mecanismos implementados para reducir la incidencia delictiva en la capital duranguense, incluyendo la zona rural, son las alarmas vecinales.
La directora del Instituto Municipal de la Mujer, Patricia Alanís Quiñones, aseguró que las 16 alarmas vecinales instaladas en el medio rural de Durango han inhibido la incidencia delictiva y el acoso callejero, pues junto con la organización de los vecinos se han reducido las emergencias.
Explicó que las alarmas vecinales actúan con el mismo principio del programa que en su momento se le denominó "Silbato Rosa", sólo que el sonido es mucho más potente y alerta a varias cuadras a la redonda; además de que están equipadas con una potente luz a la que se puede responder ante cualquier emergencia.
"Esta herramienta se instaló primordialmente en los Comités Mujeres Constructoras de Paz ubicados en zonas rurales, para cubrir donde el botón de pánico físico no logra llegar, debido a la carencia de requerimientos, principalmente de la fibra óptica para el funcionamiento de la cámara de videovigilancia", precisó.
La funcionaria municipal dijo que, a la par, se ha priorizado la atención a la mujer rural de manera constante con los servicios itinerantes de asesoría jurídica y atención psicológica, pláticas y talleres que nutren de información a la comunidad en la identificación de la violencia y su denuncia oportuna.
Con estos esquemas se han visitado los poblados como Plan de Ayala, Héroes de Nacozari, Morcillo, Dolores Hidalgo, Independencia y Libertad, Rodríguez Puebla, Promotores Sociales, Garabitos, 5 de Febrero, entre otros.
Esto ha permitido detectar problemas de depresión y violencia psicológica, porque la mayoría de las mujeres en la zona rural la han normalizado en la familia y no la identifican como tal; incluso desde el noviazgo.
