Cinco mil aficionados se sumaron el jueves a los que habían asistido al partido del repechaje ante San Luis, un poco más, un
poco menos. Casi el 50 % “extra”. Entre ellos, también se cuentan los que vestían de amarillo, pero el escenario toma forma de liguilla y el equipo de casa, cada vez más, parece más equipo.
Se ganó. Toma forma. Diego Valdés pone el primero muy temprano y eso, inevitablemente, hace ilusionar al respetable. Luego aparece el “Mudo”, que últimamente había estado muy callado, y pone el segundo. Todo pinta bien, incluso para goleada. Santos desaprovecha y para la segunda mitad, entre los cambios de uno y otro equipo, la situación se nivela en el campo.
Gignac realiza una genialidad y pone el 2-1 con el que Tigres se acerca en el marcador; deja todo para la vuelta. El encuentro
termina con una afición local pidiendo el final. Da la impresión que los Guerreros se salvaron de perder. Valdés salió entre aplausos y cuando el frío pegaba más fuerte en el estadio, las luces se apagaron y miles de luces de los celulares iluminaron de nuevo la esperanza.
Aún hay quien dice que el estadio es frío. Otros, le llaman “aburguesado”. Entre las condiciones climáticas del jueves, los
precios de las entradas y las nuevas costumbres, este inmueble se hace menos ruidoso, pero igual y aún existen los incondicionales, los apasionados, los que no dejan de gritar. Basta que la porra visitante, sea chica o sea grande, se haga presente para que lluevan las “buyas”, las mentadas y demás.
Santos enfrentará ahora la vuelta con la consigna de no perder. Pensaríamos que lo indicado sería buscar otro gol, solo para alargar la ventaja en el marcador, porque el famoso “gol de visitante” ya da igual. Al equipo de La Laguna le basta con un empate en Monterrey para avanzar a semifinales; no se escucha tan difícil, pero antes habrá que lidiar con un equipo experimentado, tanto en su plantel como en el entrenador.
Los Guerreros han vuelto casi una tradición eliminar a los felinos en estas instancias, salvo la pesada final de 2011, aunque
ahora ya no está el “Tuca” al frente, el técnico que nomás no podía con los albiverdes.
La calificación a semifinales será posible para Santos en medida que puedan mantener un buen juego durante los 90 minutos, y su respectiva compensación. La distancia es un gol. Todo puede pasar. Lo que es innegable: Santos toma forma, si no para este torneo, ya será para el año entrante (dependiendo también de la continuidad de unos y nuevas adiciones).
Los últimos títulos del equipo lagunero han sido en plazos de tres años: 2012, 2015, 2018…
¿Qué sigue?
Por otro lado, en la Comarca, Algodoneros del Unión Laguna libra hoy doble batalla ante el rival de Saltillo. Los dos partidos, a desarrollarse en el Estadio de la Revolución a partir de las 5:00 p.m. definirán posiciones en el cierre de la temporada regular en la llamada Liga Invernal Mexicana. El proyecto de prospectos que la LMB planeó para dar impulso a jóvenes peloteros. Seguramente, habrá un homenaje a Omar Malavé, el hombre que devolvió a esta franquicia a la zona de playoffs y que en la semana, tristemente, falleció. En paz descanse y que haya pronta resignación para sus familiares y seres queridos.
Que haya suerte en el deporte este fin de semana y un vaya un saludo cálido para los Vikingos de San Isidro, que hoy enfrentan en casa a los Gigantes de la Deportiva en una final más.
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