El gobierno checo declaró el jueves un estado de emergencia por 30 días e impuso restricciones adicionales, en un esfuerzo por contener un pico récord de COVID-19. (ARCHIVO)
El gobierno checo declaró el jueves un estado de emergencia por 30 días e impuso restricciones adicionales, en un esfuerzo por contener un pico récord de COVID-19.
El estado de emergencia, que rige a partir del viernes, es una poderosa arma legal que permite limitar los derechos individuales.
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Añade que las vacunas 'salvan vidas, pero no evitan por completo la transmisión'Entre otras medidas, todos los mercados navideños están prohibidos, así como el consumo de bebidas alcohólicas en lugares públicos, dijo el ministro de Salud, Adam Vojtech.
Los bares, restaurantes, clubes nocturnos, discotecas y casinos deberán cerrar a las 10 de la noche.
El aforo en los eventos culturales y deportivos estará limitado a 1, 000 personas vacunadas o que demuestren que se recuperaron del coronavirus.
Todas las demás reuniones públicas tendrán un límite de 100 personas. “Apuntamos a los lugares de mayor riesgo”, dijo Vojtech.
El recuento diario de casos de coronavirus fue de 26, 000 el martes, un récord, con una tasa de 1, 097 casos nuevos por cada 100, 000 habitantes en los últimos siete días, también una cifra récord.
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El invierno, la falta de vacunación y la presencia de la variante Delta juegan en contraEl primer ministro checo, Andrej Babis, dijo que el gobierno estudiaba la posibilidad de decretar la obligación de vacunarse para ciertos sectores, como los ancianos y el personal médico, militar y policial, pero que aún no había tomado una decisión. “Creo que es inevitable”, dijo Babis.
Poco más del 58% de la población checa está plenamente vacunada.