El nacido en Salem, Oregon, ha demostrado que la determinación es la mejor arma de un pitcher. (CORTESÍA UNIÓN LAGUNA)
La resiliencia y determinación acompañan a Rafael Pineda en cada pitcheo. El lanzador derecho de los Algodoneros del Unión Laguna llegó hace un par de meses para buscar la oportunidad de jugar y hoy, en base al trabajo, el talento y la fe, está posicionado entre los mejores pitchers de la Liga Mexicana de Beisbol.
Rafael Emilio Pineda, de 30 años de edad y nacido en Salem, Oregon, de ascendencia y nacionalidad mexicana, vive su primera temporada completa con los Algodoneros, con quienes se ganó un lugar en la rotación de abridores y ha demostrado la gran valía de su brazo derecho, al poseer la tercera mejor efectividad de toda la liga, con un excelente 2.27 de carreras limpias, por cada 9 entradas lanzadas. Esta noche, "Rafi" subirá al montículo del estadio de beisbol de la Revolución para abrir el segundo juego de la serie ante los Acereros de Monclova, teniendo como rival de pitcheo al dominicano Bartolo Colón, el latino con más victorias en la historia de las Ligas Mayores.
DOS AÑOS EN BLANCO
Ya en 2017, Pineda había tenido un paso efímero con los entonces Vaqueros Laguna, lanzó 6 juegos, 3 como abridor, ganó 2 y perdió 1, luego fue presa del "manoseo" que se daba a los peloteros laguneros por parte de los dueños de la franquicia, pasó a Leones de Yucatán y ellos, a su vez, lo negociaron a los Acereros de Monclova, con quienes jugó en las mini temporadas de 2018. Una lesión lo sacó de circulación, no jugó en 2019 y la pandemia detuvo todo en 2020, así que el espigado lanzador recibió su baja y acumuló 2 años sin jugar, por lo que no pudo evitar pensar en que quizá, su carrera había terminado.
PROMEDIO
de carreras limpias permitidas por Rafael Pineda, el tercero mejor de la LMB.
Sin embargo, llegó el llamado del Unión Laguna y eso encendió la chispa de su deseo por volver, lo cual hizo en grande: "yo tenía dos años sin jugar profesional, no sabía si volvería a ser el mismo, si podría hacerlo otra vez aunque soy una persona joven. Pero me llamaron de acá y mi familia me apoyó, mi esposa y mis tres hijos son mi inspiración y decidí venir temprano a Torreón para entrenar, para ponerme en forma, me ayudaron mucho en el equipo, siempre me cuidaron y me llevaron de la mejor manera para volver a lanzar, pronto pude soltar el brazo nuevamente y encontré mi mejor versión", describió a El Siglo de Torreón.
AHORA, RUMBO A TOKIO
El trabajo específico de un lanzador consiste en establecer una sólida base sobre el acondicionamiento físico, para seguir con la fortaleza de su brazo y el control en los pitcheos, plan que Pineda siguió a la perfección, trabajando en la Unidad Deportiva Torreón, desde semanas antes de iniciar la pretemporada: "me sirvió mucho llegar temprano, pude acostumbrarme al clima, al calor y al ritmo de trabajo, que es exigente para un lanzador. Me sirvió también para asegurarme yo mismo de que estaba sano, de que podía soltar el brazo, con eso tuve la confianza de poder pelear en la pretemporada, porque vine buscando eso, buscando hacer el equipo", mencionó.
Su rendimiento en la pretemporada fue notable y se erigió como el brazo más confiable para el mánager Omar Malavé, quien le brindó la oportunidad de abrir un juego en la Copa Gobernador, donde se terminó de convencer de la calidad de Pineda. En seis aperturas, Rafael Pineda ha ganado 3 juegos y perdido 2, con efectividad de 2.27, ha lanzado 39 innings y 2 tercios, recibido 32 hits y 11 carreras, 10 de ellas limpias, tiene un magnífico balance de 9 bases por bolas y en cambio 29 ponches; los bateadores zurdos le conectan apenas para .154. Esos guarismos lo llevaron a ser considerado en la Selección Mexicana de beisbol, con posibilidad de ir a Tokio 2020, lo que Pineda dice "es un honor y una gran responsabilidad, sueño con estar allá", mencionó el lanzador.