
El síndrome de la cola fría, también conocida como Limber tail, es una patología que afecta las fibras musculares de la cola, donde su temperatura desciende unos 2-3 C° respecto al resto del cuerpo. Se reconoce a primera vista dado que el perro luce con la cola rígida y caída. (ARCHIVO)
El síndrome de la cola fría, también conocida como Limber tail, es una patología que afecta las fibras musculares de la cola, donde su temperatura desciende unos 2-3 C° respecto al resto del cuerpo. Se reconoce a primera vista dado que el perro luce con la cola rígida y caída.
Puede padecerlo cualquier perro, pero se encuentra mayormente en los perros de caza o de trabajo. como los pointer, labrador, beagle o setter.
Algunas de las causas habituales son:
*Baños en aguas muy calientes o, especialmente, muy frías.
*Actividad física muy intensa, especialmente si el perro no está en su mejor condición.
*Permanencia en un espacio cerrado sin salud durante un tiempo prolongado.
*Sacudidas repetidas de cola con fuerza excesiva.
*Vive en lugares fríos y húmedos o en sitios de altura elevada sobre el mar.
El signo visible del síndrome de la cola fría es la flacidez y aspecto colgante. El perro no es capaz de levantarla o moverla. Suele estar rígida los primeros cinco centímetros y denota dolor si intentamos tocarla. Otra forma en la que podemos notar si un perro sufre este padecimiento es debido a que puede puede presentarse aletargado, lamor o mordisquear la cola anormalmente. Lo que puede llevarlo a causarse heridas.
Todos los síntomas tienen una duración que puede ir de los 10 a los 3 días según sea el caso. Luego del diagnóstico, el tratamiento se basa en reposo y analgesia para evitarle dolor al can.
Sólo un veterinario puede recetar los fármacos. En los perros que no presentan dolor se pueden omitir, pero es recomendable aplicar frío o calor sobre la cola. El reposo es básico para la recuperación de la musculatura.
Si bien esta patología es autolimitante (que se resuelve sola) en días u horas, si puedes apoyar a que no sufra. Además, se recomienda acudir al veterinario para descartar otras patologías que tienen síntomas similares como traumatismos o fracturas de cola, impactación de las glándulas anales, prostatitis, problemas de discos intervertebrales, entre otros.
Evita las jaulas y el transportín como su espacio habitual.