El 9 de agosto de 1986, los 120 mil espectadores que estaban en el Knebworth Park, al norte de Londres, no esperaban que fuera el último concierto del mítico Freddie Mercury.
Ese día, la cita era darle fin a la exitosa gira de Queen llamada “Magic Tour” en el que se había recorrido casi todo el continente europeo para presentar el undécimo álbum de la banda titulado “A Kind of Magic”.
La emoción estaba a flote porque meses antes, en el estadio de Wembley, Mercury había dado una de sus mejores muestras musicales a tal punto de haber llenado este escenario en dos ocasiones.
En Knebworth, el concierto duraría más de dos horas. A sus 39 años, la voz magistral de una de las bandas más famosas del Reino Unido cerró su presentación diciéndole a los asistentes: "Buenas noches y dulces sueños. Los amamos".
En registros audiovisuales, se puede observar que fue un acontecimiento épico. Un helicóptero despegó a orillas del río Támesis para luego pasar cerca a la multitud que clamaba por la presencia de Freddie.
En esta última gira de Mercury se batieron récords de público en el Reino Unido con más de 400 mil personas en seis conciertos. En total, las 26 fechas de estas presentaciones congregaron a más de un millón de fans.
Al término de la presentación, Mercury le manifestó a sus compañeros sentirse exhausto: “No puedo más. Me duele todo el cuerpo”, dijo. Se sentía el agotamiento de las presentaciones más famosas de la agrupación. Y, aunque dentro de los planes estaba seguir tocando durante muchos años más, esto no fue posible por problemas de salud.
En 1987, Mercury supo que tenía SIDA, por lo que dejó los conciertos. Le pidió a sus compañeros que siguieran grabando y dedicó gran parte de su energía a sacar dos discos más hasta que el 24 de noviembre de 1991 murió.
El verano musical en Knebworth quedó grabado en los fans.

El 9 de agosto de 1986, los 120 mil espectadores que estaban en el Knebworth Park, al norte de Londres, no esperaban que fuera el último concierto del mítico Freddie Mercury. (ESPECIAL)