
Desde hace 18 años, la lagunera Lidia Muñoz se dedica a la fabricación de joyería artesanal (ESPECIAL)
Desde hace 18 años, Lidia Muñoz dedica gran parte de su tiempo a diseñar y crear joyería artesanal con materiales como los cuarzos, dijes y el cristal japonés miyuki.
Además de la evidente labor minuciosa que conlleva la mayoría de sus piezas, la relevancia de este trabajo es que puede ser personalizado en tamaño, estilo y materiales, según el gusto y las necesidades del cliente.
"A mí me gusta más personalizarlo porque me gusta que la gente vea en cada pieza su color favorito, o su nombre, o el logotipo de alguna empresa", dice Lidia.
Este deseo de crear piezas exclusivas para cada persona, nace de una necesidad que tuvo Lidia cuando cursaba la escuela secundaria.
"Ahora las pulseras tienen la opción de que son ajustables y antes no. Antes eran de broche, o de elástico y a mis manos nunca les quedaba ninguna pulsera y yo en la secundaria me dije: yo voy a hacer mis propias pulseras, para esos que tengan manos chiquitas o manos grandes. Ese era mi deseo, que la gente tuviera lo que quiere", recuerda Lidia.
La lagunera cuenta cómo en su adolescencia, cuando iba a la Biblioteca Municipal de Torreón, los artesanos de la Alameda que se sentaban en el piso a vender su mercancía le enseñaron a crear sus primeras pulseras hechas con chaquiras. Desde entonces, fue perfeccionando sus artesanías y cambiando el material con el cual las hacía.
"Yo empecé trabajando con la chaquira, pero ya tengo un año trabajando con el miyuki. Este cristal japonés mucha gente lo confunde con la chaquira, pero ésta es más gruesa, más tosca y más barata y el miyuki es muy exquisito y más brillante.
"Ahora me tardo de una a tres horas en hacer las piezas. Antes me tardaba medio día. Desde que me despierto le dedico tiempo completo a esto. A veces desayuno o como mientras estoy haciéndolo", cuenta Lidia.
UN SUEÑO QUE SE CUMPLE
La joyería que Lidia Muñoz comenzó a vender con una cajita en restaurantes, baños públicos y otros lugares que concurría, hoy tiene un espacio fijo en un Ciudadela Trc, un sitio que converge propuestas gastronómicas, de arte, diseño y moda para los laguneros.
"Al principio yo rentaba a 500 pesos un espacio en otro lugar, y mi ganancia era de 300. Pero permanecí y llegó un momento cuando estuvo la pandemia que todo se fue para abajo, pero luego mi esposo y yo empezamos a hacer pulseras más tejidas, en telar y seguimos buscando dónde venderlo. Tener una tienda ha sido el mayor reto para mí, tener mi propio espacio", dice.
Ahora las piezas personalizadas de Lidia no sólo están disponibles en la zona centro de Torreón, también encuentran su lugar en diversos espacios, no sólo de la República Mexicana, sino de otros países.