Responder a la agresión no es una opción legal, pues pasaría de víctima a victimario.
Después del mediático caso de un empresario restaurantero procesado penalmente por violencia familiar, el abogado de la afectada, el doctor en derecho César García Diosdado afirmó que también hay víctimas masculinas por el mismo delito.
El jurista explicó que constitucionalmente los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos, por lo que los maridos víctimas de violencia de género también pueden denunciar y proceder penalmente contra sus parejas sentimentales.
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En lo que va del año, 1,633 mujeres requirieron atención médica tras sufrir violenciaSostuvo que si una mujer llega a su casa o negocio y arroja al piso todos los objetos que están sobre las mesas o escritorios y grita e insulta a su consorte, el esposo tiene derecho a presentarse ante el Ministerio Público y formalizar denuncia en contra de la atacante.
Indicó que el responder a la agresión no es una opción legal, pues pasaría de víctima a victimario.
Existen mujeres violentas que agreden físicamente a sus parejas sentimentales, pero señaló que los ataques no necesariamente tienen que ser físicos, pues también los hay psicológicos y económicos, y todos son sancionados por la ley.
Citó como ejemplo de violencia económica de la mujer hacia el hombre, cuando ésta se queda con la tarjeta de nómina de su marido y no le permite tomar dinero de su salario, o lo maneja ella sin considerar la opinión o necesidades de su consorte.
La violencia psicológica, continuó, es cuando la mujer insulta, vitupera, sobaja o menosprecia al hombre. Negarse a proporcionarle alimentos es otro acto de violencia familiar, afirmó.
Manifestó que tanto en violencia de género de hombre a mujer, o de mujer hacia hombre, las penalidades por este tipo de agresiones psicológicas alcanzan penas de alrededor de tres años, pero existen agravantes o atenuantes que analiza el juez para establecer el castigo.
Sostuvo que la cultura mexicana es machista y misógina por formación ancestral, pero también existe la respuesta agresiva de la mujer, quizá en mucho menor porcentaje, pero también debe ser considerada por las autoridades para proceder y actuar en consecuencia.
Concluyó diciendo que por el mismo machismo social, los hombres afectados prefieren no denunciar ni hacer pública su situación por vergüenza.
