Columnas Finanzas

Contexto lagunero

Medalla al mérito

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

Los valores de las empresas orientan los comportamientos y actitudes de los colaboradores y de los directivos, los mantienen vinculados a objetivos comunes que van más allá de la empresa y se proyectan a la comunidad y a la sociedad en general y estos valores representan la máxima expresión sobre la misión y visión de las empresas. 

Una empresa automotriz japonesa lanzó una iniciativa para dar reconocimiento mediante una medalla a aquellas personas que han superado grandes retos en su vida, a quienes creyeron en sí mismo y crearon lo que parecía imposible. Esta iniciativa consiste en nominar a un conocido, amigo o familiar que, con base en el sacrificio y la lucha, hayan logrado sus metas. 

Los cinco principales valores de esta empresa son: Mantener una visión de largo plazo; mejorar continuamente; ir al origen de los hechos para tomar decisiones correctas; respetar a los demás creando confianza mutua, y fomentar el avance personal y profesional. 

Sin duda, esta iniciativa reafirma el compromiso de esta empresa japonesa con las personas y su interés por reconocer a quienes siempre buscan hacer mejor lo que hacen sin auto imponerse límites. Las acciones extraordinarias de los mexicanos cuentan mucho para hacer de México un mejor país. 

La localidad de Picardías está situada en el municipio de Lerdo en el Estado de Durango, a 23.8 kilómetros de Ciudad Lerdo, tiene 1, 240 habitantes, 606 mujeres y 634 hombres. El día 2 de diciembre de 1944 nació en Picardías Roberto Martínez García, hoy, maestro jubilado, de 77 años de edad, se jubiló siendo director de la Secundaria 1 de Gómez Palacio. 

Roberto estudió hasta el tercer grado de primaria -era el máximo grado disponible en ese entonces en el pueblo-, con la maestra Heriberta Perez, mejor conocida como “Moyita”. La maestra era una persona muy preparada y culta y los estudios de estos tres grados se basaban en lo que se conocía como Compendio Enciclopédico. Al terminar el tercer grado, Roberto lo repitió, pues le gustaba mucho estudiar. La maestra habló con los padres de Roberto, sugiriéndoles que hicieran un sacrificio económico y que lo mandaran a Torreón a una escuela particular para terminar la primaria. 

Padres de 14 hijos, cuatro hombres y 10 mujeres -Roberto es el segundo-, los papás de Roberto accedieron y solicitaron a un primo hermano de su padre que lo recibiera en su casa de Torreón para hospedarlo mientras estudiara. Lo inscribieron en uno de los mejores colegios, el Colegio Mijares, pagando 30 pesos mensuales, cantidad que era elevada para ellos. El salario del padre de Roberto era de solo 7 pesos diarios. Al inicio, vendieron un becerro en 200 pesos para sostener los estudios de Roberto. Así, estudió cuarto y quinto grado de primaria, pero sus padres ya no pudieron sostener económicamente los estudios y Roberto tenía que dejar truncada su educación primaria de la cual le faltaba el sexto año. Sin embargo, su papá le sugirió -dado su brillante desempeño como estudiante-, que fuera a concursar a la estación de radio XEDN en el programa Matiné Infantil Totito el cual tenía varios concursos para los niños. 

Entre los concursos había uno que se llamaba Alcancía Totito en el que los niños concursaban contestando preguntas sobre sus estudios y les daban dinero en efectivo si acertaban en las respuestas y si no acertaban el premio se depositaba en la Alcancía Totito la cual, ya contenía 695 pesos. Roberto acudió y se inscribió para concursar en la alcancía. Le hicieron dos preguntas que contestó correctamente y ya había ganado 10 pesos -cinco por cada una-, y le preguntaron si quería seguir concursando por lo acumulado en la alcancía o que si quería recibir los diez pesos. Si no acertaba, los diez pesos se depositarían en la alcancía. Todos los niños asistentes a la matiné animaban a Roberto a seguir y él aceptó. 

Le aclararon que, para ganar la alcancía, debería contestar tres preguntas relacionadas con el mismo tema. Primero le leyeron un poema: “Ante el recuerdo bendito de aquella noche sagrada……….” 

La pregunta fue: ¿Quién compuso este poema? Se hizo un profundo silencio y Roberto contestó: Manuel Acuña. ¡Perfectamente bien contestado! dijo don Alonso Gómez Uranga, conductor del programa. La siguiente pregunta fue: ¿De donde era originario Manuel Acuña? Respuesta de Roberto: Saltillo, Coahuila. ¡Perfectamente bien contestado! dijo de nuevo el conductor. La tercera pregunta, por los $695 de la Alcancía Totito, ¿En qué calle nació Manuel Acuña? De nuevo un profundo silencio. Roberto tardó un poco en contestar, ¡La calle de Allende! 

El estudio era una gritería de alegría de los niños asistentes, Roberto había acertado y se hizo acreedor a la Alcancía. Con este premio Roberto continuaría estudiando para terminar la primaria. El lunes siguiente, en el Colegio Mijares le hicieron un reconocimiento y la directora, Aurora Chiw Mijares, anunció que Roberto no pagaría colegiatura durante el sexto año que iba a cursar. 

Posteriormente, estudio en la extinta Escuela Normal Rural Profr. Rafael Ramírez Castañeda de Santa Teresa, Coahuila, y estudio para Maestro de Historia en la Escuela Normal Superior de la Ciudad de México, además, cursó la Maestría en Pedagogía en la Escuela Normal Superior de La Laguna. Es jubilado desde el año de 1995, año en que inició su labor literaria, habiendo publicado varias obras. En coautoría con personalidades de la investigación histórica, ha participado con Mario Cerutti Pignat, Sergio Antonio Corona Páez y Fernando Martínez Sánchez. Todos los hermanos de Roberto estudiaron, seis son maestros. 

Esta es una historia de éxito que seguramente será galardonada con Medalla por la empresa japonesa. 

www.degerencia.com/jmgc

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