Naomi Osaka busca su segundo título del Abierto de Estados Unidos. (EFE)
En agosto, cuando el tenis se reanudó tras una interrupción de cinco meses provocada por la pandemia de coronavirus, era imposible saber con exactitud qué podía esperarse.
Resulta que Naomi Osaka y Victoria Azarenka han sido hasta ahora por mucho las dos mejores tenistas. Y es por ello que se medirán hoy en la final del Abierto de Estados Unidos.
"Sinceramente, la gente recuerda solo a la ganadora", dijo Osaka, quien ostenta una foja de 10-0 desde la reanudación.
Azarenka perdió el partido que marcó su retorno, pero desde entonces ha hilvanado 11 victorias, coronadas el jueves, con el duelo en que eliminó por 1-6, 6-3, 6-3 a Serena Williams en las semifinales.
Osaka y Azarenka debieron haberse enfrentado hace dos semanas en la final del Western & Southern, un torneo conocido también como Masters de Cincinnati, que suele realizarse en esa ciudad pero se mudó a Flushing Meadows, como una especie de ensayo para el US Open en un "ambiente controlado" que limitara los viajes durante la pandemia. Osaka no disputó esa final, debido a una lesión en el muslo izquierdo.
La dolencia no la ha aquejado durante el US Open, donde se coronó en 2018, antes de obtener también el cetro en el Abierto de Australia de 2019.
Tanto la japonesa como Azarenka han jugado un tenis casi perfecto desde la línea de fondo. Osaka, cuyo entrenador trabajaba antes con Azarenka, se basa más en su tremenda derecha, mientras que la bielorrusa es mejor con el revés.
Va a ser una final asombrosa. Espero que lo sea", dijo Azarenka. "Me divertiré".