El Gobierno de Filipinas aceptó la intermediación de tres obispos católicos en las conversaciones de paz con el movimiento rebelde New Army's People (NAP), ligado al Partido Comunista de ese país.
"Los líderes de la iglesia son considerados personas neutrales, son lo suficientemente sabios e inteligentes como para entender si los guerrilleros son sinceros, también conocen los problemas sociales y tienen madurez espiritual", estimó el general Pio Diñoso.
Los obispos pertenecen a la isla de Sámar, en el centro de Filipinas, detalló el Vaticano. Se trata de Crispin Varques, de la diócesis de Borongan, Emmanuel Trance, de la diócesis de Catarman, e Isabelo Abarquez, de la diócesis de Calbayog, todas ubicadas en la isla.
Los religiosos comenzarán diálogos informales con los integrantes del grupo armado comunista, quienes han expresado sus intenciones de salir de la clandestinidad y solicitar nuevas sesiones oficiales del proceso de paz.