El glaucoma es la lesión del nervio óptico frecuentemente asociado al aumento de la presión del ojo, lo cual conduce a una pérdida de vista progresiva e irreversible. (ARCHIVO)
El glaucoma es la lesión del nervio óptico frecuentemente asociado al aumento de la presión del ojo, lo cual conduce a una pérdida de vista progresiva e irreversible.
De acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General, se calcula que en el mundo existen alrededor de 14 millones de personas con este padecimiento.
Se produce cuando hay un desequilibrio entre la producción y la evacuación del líquido del ojo que aumenta la presión ocular a niveles patológicos.
Este es un padecimiento peligroso, ya que la pérdida de vista ocurre lentamente e incluso puede pasar desapercibida.
Existen dos tipos de glaucoma, el de tipo abierto y cerrado. El primero es el más frecuente y la presión del ojo se eleva lentamente debido a que el líquido se produce en la cantidad anormal y se vacía con dificultad.
En el caso del glaucoma de ángulo cerrado, la obstrucción puede ocurrir de forma repentina y la presión del ojo se eleva rápidamente, en algunas ocasiones también se puede producir la obstrucción del ojo de forma repentina.
Los factores de riesgo son para personas mayores de 40 años, quienes tienen antecedentes familiares, hipertensión o miopía, diabetes, uso prolongado de cortisoles, entre otros.
Los síntomas son manchas ciegas o parches de pérdida de visión durante meses o años y la forma de prevenirlo es que las personas con factores de riesgo se realicen un examen de ojos cada año.
Si el glaucoma se detecta a tiempo, se puede evitar una pérdida de visión adicional con un tratamiento adecuado.
