Se cumplen 30 años de la visita del difunto Juan Pablo II. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El 9 de mayo de 1990, el papa San Juan Pablo II arribó a la ciudad de Durango, siendo recibido por el arzobispo Antonio López Aviña, acompañado de otros sacerdotes y cientos de feligreses, en el aeropuerto.
El papa saludó a los presentes y después se dirigió a al Cereso No. 1, en donde dio un mensaje a todas las mujeres y hombres privados de su libertad.
Posteriormente acudió al teatro Ricardo Castro, donde tuvo un encuentro con más de tres mil empresarios.
Al salir, se dirigió a la Catedral de Durango, donde saludó a los fieles de la Arquidiócesis y, en ellos, a todo el pueblo de México. Después compartió los alimentos en el Arzobispado.
El siguiente acontecimiento, que quedó grabado en la historia del país, se realizó en la explanada Jardines, ahí celebró la Eucaristía ante miles de fieles y, además, ordenó a 100 sacerdotes de toda la República Mexicana.
El 10 de mayo, ante una multitud que lo esperaba en la avenida 20 de noviembre, salió por el balcón del arzobispado y saludó especialmente a las madres, en su día.
Luego fue trasladado al aeropuerto terminando así su estancia en la ciudad.
El próximo domingo se celebrará una misa para conmemorar el 30 aniversario.
