Operación. Bomberos rescataron a víctimas tras la ruptura el pasado viernes de una presa minera en Brumadinho. Según cifras oficiales, la tragedia ha causado 58 muertos. (EFE)
Al menos 65 personas murieron tras la ruptura de una represa de la empresa minera Vale en Brumadinho, en las afueras de la ciudad brasileña de Belo Horizonte, informó la Defensa Civil de Minas Gerais, de las cuales 31 ya fueron identificadas, de acuerdo con la Agencia Brasil.
La Defensa Civil agregó que hasta el momento, 386 personas fueron localizadas, entre ellas empleados de Vale y moradores de la región, pero que 292 personas continúan desaparecidas. Asimismo, todavía hay 135 damnificados que quedaron sin vivienda y otras 192 personas rescatadas con vida del lodo.
El coordinador de la Defensa Civil, teniente coronel Flávio Godinho, negó en tanto la existencia de cuentas bancarias para recibir donaciones financieras, y afirmó que por el momento no se aceptan donaciones.
Se prevé que las operaciones de rescate duren semanas, debido a la dificultad de los trabajos, que comenzaron desde hace tres días.
Las operaciones de este lunes se reanudaron a las 04:00 de la madrugada, y los equipos de búsqueda consiguieron recuperar dos cuerpos que estaban en un segundo autobús que se encontraba sumergido en el lodo, así como restos localizados en los restos del comedor de la compañía.
Los bomberos tuvieron dificultades a lo largo del día debido a la presencia de drones en la zona, que obstaculizan el sobrevuelo de las aeronaves de la corporación.
El delegado Luiz Carlos Ferreira dijo que la Policía Civil busca identificar a los muertos con rapidez, por lo que llamó a las familias a que aporten información como detalles sobre la dentadura y fotografías.
El portavoz de la Policía Militar, mayor Flávio Santiago, afirmó este lunes que no hay registros de saqueos ni de actos de violencia como consecuencia de la situación en la región, y apuntó que hay 250 policías en el área afectada por la tragedia.
"Además fue desplegado el patrullaje con helicóptero para que la sociedad sea resguardada", destacó el mayor.
El portavoz del Cuerpo de Bomberos Militar del estado de Minas Gerais, teniente Pedro Aihara, pidió que las personas, incluso bien intencionadas, no intenten hacer trabajo de rescate solas, para no perjudicar las actividades de apoyo.
Según el militar, equipos israelíes ayudan en el rescate de las víctimas que están en el segundo autobús. Los trabajos serán interrumpidos a partir de las 22:00 horas locales y serán reanudados a las 04:00 de la mañana.
Por la mañana, Aihara dijo que es escasa la probabilidad de localizar más personas vivas. "Las posibilidades son muy pequeñas, si se considera el tipo de tragedia provocada por el lodo", explicó.
"Es una operación de guerra que demanda esfuerzos y comprensión de todas las partes", concluyó.
Pocas esperanzas
El luto no pasa. Más de tres días después del rompimiento de la presa en la mina Vale en Brasil, las familias y amigos de las víctimas no encuentran paz.
Portavoces del equipo de rescatistas dijeron ayer que todavía trabajan con la hipótesis de rescatar personas con vida, aunque la esperanza de la mayoría se hizo añicos. Ahora, al menos, desean encontrar los cuerpos para poder brindarle sepultura a sus seres queridos.
El accidente de la minera Vale, principal compañía del sector en Brasil y una de las más importantes en el mundo, instaló un dilema en Brumadinho.
¿Qué sucederá con la actividad minera y con la compañía Vale, una de las principales empleadoras? ¿Puede continuar funcionando como hasta hoy siendo protagonista y responsable de Mariana y Brumadinho, dos trágicos accidentes en el lapso de tres años?
“Si cierra, esto está acabado”, dice Wagner Rogerio, de 37 años, apuntando al suelo.
Rogério es conductor y uno de los casi mil trabajadores de la compañía en la zona. Luce exhausto. Los últimos tres días recorrió incansablemente las montañas de barro que dejó a su paso la avalancha en busca de Makuka, Gil y Dario, “grandes amigos de la infancia” desaparecidos.
“No estoy mintiendo, ¿ves?”, dice mientras muestra sus pies llenos de ampollas. “Si hubiera alguien vivo por aquí, ya lo habríamos encontrado”, lamenta.
