Historia. Hernán narra la historia de la conquista de México desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas. (CORTESÍA)
Hernán, una de las series dramáticas más ambiciosas de contenido televisivo en habla hispana, presentará este domingo en punto de las 10:00 de la noche por Azteca Siete los capítulos de dos grandes figuras que marcaron la historia de nuestro país: Moctezuma y Pedro de Alvarado.
Hernán narra la historia de la conquista de México desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas de esta aventura, en esta ocasión Moctezuma y Pedro de Alvarado, interpretados magistralmente por Dagoberto Gama y Michel Brown, respectivamente.
MOCTEZUMA
La reacción de Moctezuma ante la llegada de Hernán y su puñado de soldados siempre ha sido un misterio.
Pese a los ruegos de sus guerreros de atacar a los españoles en su largo trayecto hacia Tenochtitlán, y acabar con ellos cuando son más vulnerables, el gran líder de la ciudad resplandeciente a quien nadie puede mirar a los ojos, no hace nada más que esperar.
Terribles señales se han sucedido en el cielo y en la tierra vaticinando una gran calamidad para los mexicas.
Encima, el gran parecido entre Hernán y la leyenda de Quetzalcóatl, quien se fue por el mar y prometió volver algún día, agobia al culto y religioso Moctezuma.
¿Son dioses? ¿Se están cumpliendo las profecías? ¿Qué hacer, cuando la desgracia se acerca y así ha sido escrito?
PEDRO DE ALVARADO
Hernán tiene que enfrentar a la expedición enviada por el gobernador de Cuba como castigo a su osadía.
Antes de salir de Tenochtitlán, resuelve dejar al mando a su hombre más valiente, Pedro de Alvarado, en detrimento del prudente Olid. Marina está segura de que la decisión de Hernán es un error, pero éste ha decidido no escucharla, pues acaba de traicionar su amor, al aceptar casarse con doña Ana, nombre de bautismo de una hija de Moctezuma.
Los españoles tiemblan de miedo al presenciar las innumerables calaveras y las cascadas de sangre derramarse desde la piedra de sacrificios, a todo lo largo de las pirámides. Desde su punto de vista, los nativos adoran demonios y viven en pecado mortal.
En contraste, según la idiosincrasia mexica, entre los hombres y sus dioses debe haber un intercambio recíproco de energía: la ofrenda máxima de gratitud por el maíz y el calor del Sol es la carne y la sangre de las doncellas más hermosas, de los guerreros capturados más valientes.
Bajo el liderazgo del impetuoso Alvarado, ambas cosmovisiones colisionan de frente, poniendo en riesgo todo lo conseguido por Hernán.
