Vida y obra. En el lugar se expondrá su mexicanidad, sus inquietudes y sus luchas políticas. (CORTESÍA)
Frida Kahlo amaba y odiaba con la misma fuerza a los Estados Unidos o "Gringolandia", como lo llamaba. Un país al que el museo de Brooklyn le ha dado la oportunidad de regresar, al exponer a partir del próximo viernes, el arte, los vestidos y los secretos más íntimos de la artista mexicana, una exposición que "levanta puentes, en vez de muros".
"Su relación con Nueva York fue complicada, como todo, fue amor-odio, ella amaba mucho Nueva York, pero también llegó a comprender algunas de las cosas que estaban rotas en el sistema económico", aseguró la comisaria del museo neoyorquino, Catherine Morris sobre la desaparecida artista.
Para la también curadora de la exposición, titulada "Frida Kahlo: Las apariencias engañan", la pintora "adoraba la ciudad de Nueva York, le encantaba, pero también fue aquí donde hizo más obra política".
Explicó que Kahlo pintó en los años 30 del siglo pasado el ambiente "que estamos viviendo hoy (...), estas diferencias entre los países. Tenía muchos conflictos con la idea de la división de las clases sociales".
Entre algunos de sus más icónicos cuadros como "Autorretrato con monos"; de dibujos como "Las apariencias engañan", que da nombre a la exposición; fotografías; algunas de sus joyas y sus trajes tradicionales de tepehuana, que se convirtieron en parte inseparable de la artista; el visitante se adentra en los poliédricos rincones de la intensa existencia de la artista. La piedra angular son los objetos hallados en la residencia mexicana donde la artista nació en 1907, vivió y murió en 1954: "La casa azul".
Para Catherine Morris, la vida y obra de Kahlo cobran aún más relevancia por la era en la que vivimos.
