El teatro hecho a voluntad

Cuando una pasión se cuela entre los huesos, el alma y se ancla en el corazón y mente, no existe poder humano que la destierre, por ahí dicen que "la pasión manda" y si en ella se confía, la felicidad llega por añadidura. Esto es algo bien sabido por José Francisco Escalera Ramírez, un hombre que quedó prendido del teatro cuando cursaba el tercero de primaria.

"Yo me acuerdo desde la primaria, cuando estaba en tercer año me escogieron para hacer un personaje villano. La obra se llamaba El explotador, [...] el impulso fuerte (por el teatro) me nació ya en la prepa, después en lo profesional, esto luego de ver a gente que estaba ahí en el escenario y pensar yo quiero hacer eso que está haciendo esa persona".

Aunque la pasión por las artes escénicas ya era algo que había identificado, Escalera Ramírez confiesa que estudió para medico general. Aclara que no le gusta hablar de sus antecedentes, pero comparte que se especializó como anestesiólogo y trabajó en la rama de la salud hasta que se jubiló. Pero a tientas se nota que esa parte de su vida no lo marcó, ahora con cierto brillo en sus ojos y con un tono de alivio y serenidad dice "afortunadamente ahora me dedico todo el tiempo a estar a en medio del arte".

UN ESCENARIO DE PIEDRA

José Francisco, hombre de barba cerrada, cabello ondulado y estatura media asoma la cabeza fuera del espacio donde él mismo asegura ha encontrado riqueza emocional y espiritual: la Casa de Piedra, preguntar por qué al foro de teatro se le nombró de esa manera, resultaría obviedad, pues literalmente el lugar donde se vive el arte tiene aspecto de castillo medieval de piedra.

El actor y director lagunero da la bienvenida a su escenario, el cual el día de hoy tendrá función de "Poesía en Voz Alta y Cuerpo en Movimiento", el último de los proyectos, en el que Escalera Ramírez ha dejado su empeño y voluntad.

En el lugar, que aún lucía en preparativos para la función, el director dice que Casa de Piedra nació en el 2015 como una necesidad de ofrecer obras de teatro alternativas. Explica que no ubicó espacios en donde se pudiera expresar, pues en los teatros locales, como el Nazas o el Isauro Martínez, son recintos que presentan obras con mucha promoción, lo de su foro teatral es más íntimo, más personal.

También refiere que el espacio ha servido para que otros artistas ensayen su trabajo, él les da entrada, debido a que valora que alguien posea voluntad para defender el arte.

"Un amigo me lo pidió para hacer un monólogo y también se lo presté, me lo han pedido grupos para venir a ensayar o hacer aquí cosas que luego se presentan en otro lugar".

PREPARACIÓN

Para José Francisco, lo más importante al momento de realizar una cosa, dentro del arte o no, es tener voluntad y de verdad querer hacer las cosas.

"Yo siento que si alguien tiene un interés por una disciplina pues tienes que investigarla a fondo y si te gusta pues estudiarla a fondo también, eso fue lo que yo hice, estudiar, después toda la carrera de teatro luego, he hecho muchos cursos de dirección escénica, con maestros como Raúl Zermeño". Cuenta que cuando él piensa en montar una obra, primero la planea y luego busca a la gente con la que ha de trabajar, la cual en su mayoría se trata de artistas que con los que ya ha compartido escenario.

"Yo realmente cuando tengo una obra en puerta, generalmente acudo a gente que con la que ya he trabajado, o que conozco y les llamo. Por ejemplo yo tengo gente, desde los 80's y los 90's, gente que formó Rogelio Luevano. También trabajé con el grupo estable del Teatro Martínez. En el 90 yo fundé un grupo y tuvimos temporadas en el Teatro Mayrán", expresa mientras cruza la pierna.

LA IMPORTANCIA DEL ARTE

Para José, el arte es lo más inútil pero es lo más necesario, "yo pienso que un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad, porque el teatro te confronta con lo positivo y negativo. Es una forma de que la gente se enfrente a ver una realidad".

Por ello invita a que la gente valore el trabajo no sólo del actor, si no de todo aquel que se expresa por medio del arte.