Gómez Palacio y Lerdo Protección Civil Lerdo Gómez Palacio Cañón de Fernández Lerdo Obras Públicas Gómez Palacio

Crónica Lerdense

Villa Nazareno

De 1866, sentados Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, Luz Quijar R. esposa. De pie. Luz Flores, nieta; Hijos, Ángela Flores, Juan Francisco Flores, Juan Nepomuceno Flores y Rosa Flores.

De 1866, sentados Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, Luz Quijar R. esposa. De pie. Luz Flores, nieta; Hijos, Ángela Flores, Juan Francisco Flores, Juan Nepomuceno Flores y Rosa Flores.

José Jesús Vargas Garza

Segunda parte

Los colonizadores

Durante el tiempo que estuvo el intrépido hombre José Vázquez Borrego, quien fuera Capitán de las milicias españolas, conquistó las tierras de San Juan de Casta, venciendo a los indígenas cuando atacaban este asentamiento de la era colonial. La hacienda de Casta había sido en varias ocasiones destruida por los indios Cocoyomes y Tobosos, celebres y peligrosos indígenas muy conocidos por su indomabilidad de su carácter y sus fieras costumbres. Vázquez Borrego fue el primer hombre que repobló y formó diversas estancias ganaderas y labores agrícolas, sobre todo en San Juan, la reina de las Haciendas de ese tiempo, ubicada en los parajes del Río Nazas y perteneciente a la Jurisdicción de Cuencamé del Reino de la Nueva Vizcaya; en lo que actualmente es el Municipio de Cd. Lerdo, Dgo.

Vázquez Borrego para llevar a cabo todas actividades recurrió a préstamos en efectivo y en especie, para atender el diario alimento, vestuario y demás necesidades de sus trabajadores. En ese sentido José Vázquez Borrego llegó a contraer adeudos por la cantidad de 24 mil pesos, razón por lo cual decidió otorgarle al Doctor y Maestro Don Jacinto García de Rojas en venta las tierras del latifundio de San Juan de Casta, con todas sus casas, aguajes, usos, costumbres, derechos, y servidumbres, y donde comprendían las tierras de lo que hoy es Nazareno y Picardías, llevándose a cabo la escrituración el 12 de enero de 1743. Además de los bienes materiales, José Vázquez entregó un esclavo mulato de oficio maestro obrajero o capataz, llamado Santiago de Galicia.

Posteriormente estas tierras de San Juan de Casta y anexas, fueron adquiridas por Andrés José de Velasco y Restan, haciéndose el finiquito hasta el día 23 de agosto de 1762 por venta que le hizo el Presbítero Señor Doctor y Maestro Don Jacinto García y Rojas. Velasco y Restan de origen español, continuó con el proyecto de desarrollo, principalmente la ganadería, creando ovejas y cabras y, algo de industria. Igual manera de los anteriores propietarios recurrió a préstamos para avío y manutención. Tras sus 24 años de enormes esfuerzos de lucha y trabajo para consolidar la enorme finca de Casta, Velasco y Restan falleció el 2 de octubre de 1786. Los historiadores de aquel tiempo lo reconocieron como el tercer precursor del desarrollo de la comarca Lagunera de Durango.

Fray Agustín de Morfi, nos da la ubicación y como se encontraba San Juan de Casta en su libro Diario y Derrotero donde describe su aventura en la travesía de Real de Mapimí en el año de 1777: Escribió que la hacienda de Juan de Casta, era de Velasco, situada a orillas del río Nazas con mucha serranía por todas partes y se encontró dos ranchos despoblados, llamados España y la Muerte. Continuaba diciendo: Casta está en muy buena situación, tiene cuarenta vecinos y una muy buena casa con portales, el terreno es seco, aunque de migajón, y se pudiera sembrar de temporal en toda la jornada.

El cuarto hombre que con valentía se enfrentó a los peligros y a los obstáculos que encontró en su paso por las tierras laguneras, fue Juan José Zambrano, quien se Adjudicó el latifundio de San Juan de Casta en 1800, propiedad de Andrés José de Velasco y Restan. En 1802 Zambrano recibió las instalaciones de la casa principal de esta Hacienda, la cual estaba compuesta arquitectónicamente de una sala, dos recamaras y ocho piezas y techado de morillo de álamo, y raja, Todo de adobe muy maltratado. Cuarenta varas de corredor con ocho arcos de adobe, techado de Morillo y raja; nueve puertas de una mano, dos de dos manos, nueve ventanas; seis chapas en las puertas, a vistas se veía su mal estado apreciándose en $750.00. La Capilla con ocho varas de largo, y cinco de ancho, su techo con catorce Vigas acanaladas, y labradas con sus canes, techo de tableta, y paredes de adobe todo maltratado dándose un avaluó de $180.00.

Zambrano realiza una muy buena labor en la conversión de los desiertos contiguos a las márgenes del Padre Nazas durante los l7 años en que tuvo la oportunidad de ser el propietario del vasto territorio, periodo en el cual realizó varias actividades: como el desarrollo de sus poblaciones, la ganadería, la agricultura y la Industria. Pero se repitieron los terribles desenlaces en que ocurrieron sus antecesores, presentándose en quiebra en el año de 1816. Don Juan José Zambrano fallece en el año de 1817, dejando a sus familiares en completa bancarrota.

Después de la muerte del acaudalado hacendado precursor del desarrollo de la colonización de tierras de la región Lagunera de Durango, a pesar de los grandes bienes físicos y monetarios con que contaba, los herederos de éste, tuvieron que ponerlos a concurso en virtud de las grandes deudas que contrajo para financiar todas las actividades que le dieron vida a la hacienda de San Juan de Casta. Fue Juan Nepomuceno Flores y Alcalde mexicano duranguense, el 11 de Julio de 1836, hace adjudicación de los bienes del Conde Juan José Zambrano, adquiriendo el latifundio de la Hacienda de San Juan de Casta en 128,070 pesos, siete reales. Juan N. Flores, hombre que en las crónicas de su tiempo lo llamaban "El Conquistador del Desierto", tenía un gran espíritu emprendedor, factor que le permitieron ser uno de los personajes claves del desarrollo de la agricultura y la industria.

Logró salir adelante con resultados de costeabilidad de las estancias y ranchos ribereños del Nazas, desde San Fernando río arriba. Levantó las construcciones arquitectónicas y artísticas de la época, como fueron los cascos de las haciendas, en 1837 de San Juan de Avilés o Floreña, siendo este lugar su casa habitación operando desde aquí todas sus actividades. El casco de la Hacienda de San Fernando la construyó en 1848; el 25 de marzo de 1860 funda el pueblo del Huarache, la hacienda de San Carlos el 8 de mayo de ese mismo año. El Domingo 5 de diciembre de 1886. Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, muere en la Hacienda de Avilés, "La Floreña", de Villa Juárez, Dgo., trasladándose sus restos a la ex-hacienda de Guadalupe, de Peñón Blanco, Dgo.

Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, después de su muerte en 1886, la hacienda de San Juan de Casta, y por ende la de San Juan de Avilés o Floreña y San Carlos, las heredó a su hijo Juan Francisco Flores y Quijar, cuyas propiedades comprendían hasta el río Aguanaval y colindaban con el municipio de Cuencamé, Dgo. Por lo visto, se desprende que ninguno de los propietarios de San Juan de Casta, les llamó la atención el sitio llamado de Picardías, que eran los límites de este extenso latifundio. Sin embargo, en los terrenos había pequeños asentamientos de personas en 1769 en el lugar llamado Jaral y en la boca de Picardías, sitio donde entra el río Aguanaval. Las personas que habitaban estos espacios, procuraban realizar abastecimiento de víveres y vestido, y sobre todo en las cuestiones religiosas se dirigían a los poblados más cercanos como la hacienda de Hornos y Viesca.

Con la instalación de las vías del Ferrocarril Central Mexicano a la Villa Lerdo de Tejada el 1o. de septiembre de 1883, se construyó la Estación Lerdo que se encontraba en terrenos de la hacienda de Santa Rosa, propiedad de Santiago Lavín Cuadra. Poco después el Ferrocarril continuó las vías en un segundo tramo, el más pequeño, de la estación Lerdo cruzando por el Río Nazas que sirve como lindero de los dos Estados, pasando por el Rancho del Torreón, de Coahuila, estableciendo la estación Matamoros, conocida como Mieleras. Siguiendo su camino las vías entraron de nuevo al Estado de Durango, hasta Picardías, construyendo aquí la estación. Poco después se incluyó la de Nazareno.

Con la aparición del ferrocarril en esta zona, ocasionó que, las tierras mencionadas aumentaran su valor, estableciéndose algunos ranchos y estancias para abrevar ganado. Sobre ese particular fue el caso de la Floreña, lugar habitado por vaqueros dependientes de Avilés, situado en la margen izquierda del Aguanaval, a solo un kilómetro río debajo de Picardías: otro lugar fue el de los medieros establecidos en un lugar que se llamó la Campana, a solo dos kilómetros al oeste de la actual Villa de Nazareno.

============05 Firma foto nombre(22474196)============

cortesía

============05 Pie de Foto Sin Entrada(22474195)============

De 1866, sentados Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, Luz Quijar R. esposa. De pie. Luz Flores, nieta; Hijos, Ángela Flores, Juan Francisco Flores, Juan Nepomuceno Flores y Rosa Flores.

Leer más de Gómez Palacio y Lerdo

Escrito en: crónica lerdense

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Gómez Palacio y Lerdo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

De 1866, sentados Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, Luz Quijar R. esposa. De pie. Luz Flores, nieta; Hijos, Ángela Flores, Juan Francisco Flores, Juan Nepomuceno Flores y Rosa Flores.

Clasificados

ID: 1568815

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx