Wenzel trabajaba haciendo tatuajes y era reconocido por ello en su comunidad. (INTERNET)
Chris Wenzel, de 41 años y quien trabajaba como artista de tatuajes, sufría de una enfermedad derivada de la colitis. Su último deseo fue que cuando él muriera, se encargaran de quitarle la piel para así preservar sus tatuajes.
Y así lo hizo Cheryl, la esposa de este hombre, que vive en Saskatoon, Canadá. “Pensé, eso es diferente, pero sí, eso es genial. No me importa lo que cueste, voy a hacer esto por él. Puedes colgar una foto en una pared. Un tatuaje es algo que se ha hecho durante cientos de años. Es solo preservarlo", dijo al respecto al diario The Globe and Mail.
Wenzel falleció en octubre pasado y Cheryl entonces contactó con una empresa en Ohio, Estados Unidos, llamada Save My Ink Forever, quienes se especializan precisamente en preservar tatuajes de personas fallecidas. El proceso tardará tres meses en completarse.
DA.