Apoyo. Centenares de personas a bordo de autos y motos, marcharon desde Managua hacia Masaya para apoyar a manifestantes. (AP)
Nicaragua vivió una jornada de tensa calma tras los violentos enfrentamientos registrados el sábado en varios municipios, y a escasas horas de que finalice el plazo dado por la Iglesia al Gobierno para mostrar "signos creíbles" que avalen la convocatoria de la mesa de diálogo.
Ayer domingo fue un día de recuento de daños, cura de heridos, homenaje a las víctimas, refuerzo de las medidas de seguridad por parte de pobladores y nuevas manifestaciones.
Desde primera hora, en varios municipios proliferaron las barricadas para evitar los saqueos y el desplazamiento de las fuerzas gubernamentales. Masaya, conocida como Ciudad de las Flores, amaneció sumida en el caos y la destrucción tras los enfrentamientos ininterrumpidos que se produjeron antier sábado entre agentes antimotines y turbas sandinistas en contra de los manifestantes. El opositor Frente Amplio por la Democracia denunció las "intenciones de exterminio" del Gobierno.