
(EL UNIVERSAL)
Turbo. Una palabra que, sin saber específicamente qué significa, se ha vuelto un sinónimo de algo superlativo. No en vano, en la década de los ochenta las fiestas eran "turbodivertidas", la ropa irreverente tenía estampada la palabra "turbo" en las mangas, el pecho o, incluso, en alguna de las piernas de un pantalón multicolor. Tal fue el gusto por este término que surgió una marca de lentes juveniles que se denominaba de esa manera. No es coincidencia que este tipo de sistemas haya visto su apogeo en usos comerciales en este período de la historia.
Lo primero que nos viene a la mente cuando alguien nos cuenta que tiene o tuvo un auto con motor turbo es que esa persona posee un vehículo más rápido que la generalidad. Sin embargo, esto no siempre es así.
Nacimiento de altura. El origen de esta tecnología tiene un principio interesante, pues surge de la idea de contrarrestar la menor densidad del aire para los aviones desarrollados de manera previa a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, luego de la conclusión de ésta, muchas empresas dedicadas a la fabricación de aeronaves vieron dramáticamente reducida su demanda.
Así, pues, empresas como SAAB y Volvo (otrora fabricantes de aviones y motores para los mismos) son pioneros en el desarrollo de vehículos de producción masiva con este tipo de tecnología.
El principio que se buscaba con estos desarrollos era similar al de los aviones (con sus correspondientes magnitudes para un vehículo de pasajeros): contrarrestar las limitaciones que la mezcla entre gasolina y aire tiene en un motor aspirado.
Los motores de gasolina queman una mezcla de combustible y aire en una proporción de aproximadamente 14.7 unidades de aire por cada unidad de gasolina. Los motores "inhalan" aire y combustible utilizando el movimiento hacia abajo de los pistones en la carrera de admisión.
Si se forzara a introducir más aire en el motor, sería posible aumentar la cantidad correspondiente de combustible, produciendo una explosión más potente y obteniendo más potencia. Forzar el ingreso de aire al motor se denomina inducción forzada o sobrealimentación, y generalmente se conecta a un dispositivo mecánico. La asistencia provista por el dispositivo se conoce coloquialmente como boost.
Hoy, este boost sirve no sólo para cumplir propósitos de desempeño, sino también de eficiencia y así es como funcionan.