Fueron difundidas imágenes de la campal entre aficionados de Tiburones Rojos y Rojinegros. (EL UNIVERSAL)
La amarga experiencia de ser amedrentados dentro de su hogar no tendrá reparo para los vecinos del estadio Luis de la Fuente, en Veracruz. Por ahora, no hay quien tome la responsabilidad y pague los daños que causaron barristas el domingo pasado, previo al juego entre Tiburones Rojos y Atlas.
Autoridades ni la Liga se han pronunciado al respecto. Y menos los escualos, cuyas prioridades están en la lucha por no descender. Fuentes cercanas al equipo comentaron que la directiva encabezada por Fidel Kuri Grajales por ahora no tiene una postura por las agresiones y saqueos que residentes sufrieron a manos de enfurecidos integrantes de un grupo de animación local. Incluso, en el club consideran que la bronca inició por rojinegros y como institución no tienen jurisdicción, porque los hechos sucedieron en el exterior.
Por otro lado, Juan Manuel Unanue, diputado local del Distrito XVI de Boca del Río, señaló que los Tiburones deberían tener un mejor control de sus barras.
"Tienen que tomar previsiones con las barras. Se enciende el ambiente y sumado con la venta de bebidas alcohólicas, aumenta el riesgo con este tipo de desmanes. Revisar bien a la gente en el acceso, castigar a las porras, para que las familias vayan con toda la tranquilidad del mundo, dijo el diputado.
Si la escuadra jarocha debe hacerse responsable en reparar los daños, luego de que la policía no realizó detenciones en calles aledañas a la avenida Las Américas, Unanue exhortó a los Tiburones de iniciar "una investigación, debe hacerse responsable. Es un tema delicado, porque afecta a vecinos. La Liga también ordena a propietarios de clubes a contar seguridad privada".