El Señor creó el Paraíso Terrenal.
Lo dio al hombre y la mujer para que lo habitaran con las demás criaturas, pero les prohibió salir de él.
A Adán y Eva eso no les gustó. Un paraíso del cual no se puede salir no es en verdad un paraíso.
Así, buscaron la primera oportunidad de liberarse.
Bien pronto la encontraron: el Señor les prohibió igualmente comer el fruto del Árbol del Bien y del Mal. Ellos se apresuraron a comerlo. Ése era el modo de escapar.
Si el Señor les hubiera permitido a Adán y Eva salir del paraíso, ellos todavía estarían ahí.
Y todo habría sido muy distinto.
¡Hasta mañana!...