Cierto filósofo iba por el campo cuando acertó a ver a un cuervo que en la rama de un árbol sostenía en el pico un queso blanco y grande.
En eso se acercó una zorra. El filósofo recordó la fábula moral:
-Seguramente la zorra le va a decir al cuervo que su canto es muy hermoso. El cuervo, halagado, cantará, y al abrir el pico dejará caer el queso, La astuta zorra lo tomará en sus fauces y escapará, dejando burlado al vanidoso pájaro.
En efecto, la zorra le dijo al cuervo:
-¡Cuán hermoso es tu canto! ¡Déjame escucharlo!
El cuervo cantó, y cayó el queso. Entonces sucedió algo extraordinario: la zorra lo levantó lo limpió, se lo devolvió al cuervo y le dio las gracias por haber cantado para ella.
Me quedé asombrado. Felicité a la zorra por su gesto y le hablé de la otra zorra, la de la fábula moral. Me respondió:
-Una zorra puede ser muy distinta a otra zorra. Pero todos los moralistas son iguales.
¡Hasta mañana!...