Variaciones opus 33 sobre el tema de Don Juan
Don Juan se hizo viejo.
Ésa es la tragedia mayor de los don juanes: envejecer. Les quedan los recuerdos, sí. Pero aunque se diga que recordar es vivir los recuerdos no sustituyen a la vida.
Con la edad el sevillano se volvió iglesiero. La gente se reía por lo bajo al ver al antiguo seductor recorriendo las cuentas del rosario. Algunos decían: "Ha de estar contando sus mujeres, una por cada cuenta: Inés. Elvira. Aurora. Isabel.".
No era así. Don Juan rezaba. Le rezaba a María, la bendita entre todas las mujeres. Le pedía que intercediera por él ante su divino hijo, pues todos sus pecados habían sido de amor.
-No le digas, Señora, que estoy arrepentido, porque no lo estoy. Si me arrepintiera ofendería a las mujeres que me amaron y a quienes amé. Dile sólo que tenga piedad de mí; que me perdone. El que ama perdona. Dios es amor. Y no es posible que mi amor sea mayor que el suyo.
¡Hasta mañana!...