El pasado mes de agosto, en la ciudad de Dublín, Irlanda, se llevó a cabo el noveno Encuentro Mundial de la Familia con el tema "El Evangelio de la familia: alegría para el mundo".
En esta ocasión fue invitada una de las figuras más controvertidas de la iglesia católica que ha generado fuertes divisiones, pues mientras existe un mayor grupo de simpatizantes que lo sigue y apoya, también se ha ganado un buen número de detractores de espacios conservadores que luchan por su expulsión. Es el jesuita James Martin, quien se ha distinguido por defender e incluir en la iglesia a los grupos LGBTI+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales).
James Martin nació el 29 de diciembre de 1960, y en 1982 terminó sus estudios en la escuela de negocios de Wharton en la Universidad de Pensilvania. Posteriormente, en Nueva York, ingresó al mundo corporativo en la empresa General Electric. Sin embargo, decepcionado por la forma en que los directivos buscan generar dinero, aun por encima de los derechos de sus empleados y por su estilo de vida, de fuerte exigencia, superficialidad y alcoholismo, decidió buscar terapia y en el transcurso de un año, inspirado en la vida de Thomas Merton, monje trapense, optó por el camino religioso.
Martin ingresó a la Compañía de Jesús en 1988 y posteriormente continuó sus estudios en los posgrados de filosofía y teología. Su vida religiosa se ha caracterizado por su participación en los medios públicos, es editor de América, la revista católica más importante de EUA; además cuenta con el reconocimiento de los millenials, pues tiene una gran cantidad de jóvenes seguidores en las redes sociales. Conocedor de los problemas sociales y preocupado por la falta de compasión a los grupos vulnerables, se ha dedicado a dar conferencias y participar en reportajes en los medios de comunicación defendiendo su gran necesidad de acompañamiento e inclusión; es ahora un activista que se ha convertido en figura pública y referente en diversas corrientes de la iglesia católica.
El año pasado publicó el libro Construyendo un puente, propuesta sobre cómo instaurar una relación de respeto, compasión y sensibilidad entre la iglesia católica y la comunidad LGBTI+. Martin declara que nadie está tan marginado como estos grupos, que se sienten ignorados, insultados y excluidos no sólo de la sociedad en general sino también de su propia iglesia. El libro pretende ofrecer un camino hacia la cultura de la inclusión respetuosa y fraterna, lo que ha causado gran sensación como una posibilidad de atender las actuales problemáticas cotidianas que han generado graves heridas en las comunidades católicas.
En el Encuentro Mundial de la Familia, Martin hizo énfasis en que las personas son más que su orientación sexual, son también miembros de una familia que cuidan a sus padres, que trabajan, que luchan, que participan en asociaciones civiles y de caridad, que hacen el bien de muchas maneras y que no se vale que sean estigmatizadas como deshonestas y pecadoras.
El apoyo del Vaticano y en especial del papa Francisco al activista James Martin muestran el rumbo que quiere dar la iglesia aun cuando existen poderosos sectores conservadores que no quieren cambios; no obstante, es cada vez más fuerte la esperanza de que no hay marcha atrás.
