A poco más de 12 años de aquel debut en copas del mundo, Andrés Guardado se convirtió en toda una realidad del futbol mexicano. Es el capitán de la selección nacional y es por quien pasan los balones que llevan peligro de gol para la meta enemiga. (ARCHIVO)
En el Mundial de Alemania 2006, un joven zurdo mexicano maravilló al mundo con su forma de jugar en los octavos de final, en los que México cayó en tiempo extra frente a la selección de Argentina, sin embargo, aquel mediocampista dejó en claro que se convertiría en una estrella del balompié.
A poco más de 12 años de aquel debut en copas del mundo, Andrés Guardado se convirtió en toda una realidad del futbol mexicano. Es el capitán de la selección nacional y es por quien pasan los balones que llevan peligro de gol para la meta enemiga.
El “Principito” nació en esta ciudad el 28 de septiembre de 1986 y fue formado en las fuerzas básicas del Club Atlas. Desde que hizo su debut en primera división "pintaba" para cosas grandes, por lo que de inmediato el Deportivo La Coruña de España lanzó sus “redes” sobre Guardado para llevarlo a Europa.
En La Liga de las Estrellas ha pasado la mayor parte de su carrera; primero cinco años con La Coruña, donde incluyó un descenso y un ascenso con el equipo gallego; dos años más con el Valencia, y actualmente completó una temporada espectacular con el Real Betis.
Guardado también jugó en el futbol alemán, con el Bayern Leverkusen, sin embargo, no pudo brillar en esa temporada y pasó al PSV de Holanda. En dicho club su futbol creció, para ser pieza clave en la obtención del título de la Eredivisie, que lo llevó a disputar la Champions League.
Su calidad es indiscutible, por ello está llamado a ser el referente en el mediocampo "tricolor". Si las lesiones lo respetan, estará en su cuarto Mundial, la vitrina ideal para que el mundo conozca la magia que Andrés guarda en su botín izquierdo.