Los jugadores agradecieron a la tribuna al final del encuentro.
Anoche en la Comarca no hubo 5K, ni 10K, ni maratón, ni nada que tuviera relación con el atletismo, pero sí hubo miles de laguneros auténticamente corriendo para llegar a tiempo al estadio Corona, a ver a sus Guerreros ante los Rayados.
Un horario poco común y que se empalmaba con la hora de salida del trabajo, complicó las cosas a los aficionados, pero cuando se trata de futbol, siempre habrá una manera de solucionar el tema de la puntualidad. Entre los puntuales en la explanada del estadio, había las más variadas argucias para escaparse de la chamba, desde el que se auxilió en la celebración para San Judas Tadeo, hasta el que de plano se salió a comer a "la botana" y ya no regresó a la oficina.
Patrullas de policía con la sirena encendida daban la advertencia de que el partido estaría bien vigilado, sorprendiendo además un helicóptero que sobrevolaba la casa del equipo Albiverde y al que niños y adultos volteaban a observar. La continua vigilancia rindió sus frutos rápidamente, al detener a un par de asistentes que intercambiaron palabras, pero mucho antes de que algo grave pasara, los uniformados tranquilizaron el ambiente para inaugurar la nómina de detenidos en la otoñal noche que no se decidía a llover mi a dejar asomarse el sol.
Un cuarto de hora había transcurrido y las tribunas distaban mucho de lucir pobladas, hasta la Komún llegó tarde a sus lugares, pero igual en la cancha ya rodaba el balón y las emociones empezaban a fluir. No tardó mucho en caer la noche ni tampoco tardó en caer el gol, otra vez cortesía del encendido Julio César Furch que hizo explotar al Corona en el que apenas empezaba a acomodarse la afición, "Dale Campeón" era el canto al unísono, moviendo los teléfonos de un lado a otro, con el flash encendido.
Había confianza en los aficionados visitantes de poder obtener el empate rápidamente, tuvieron una buena oportunidad en disparo desviado, pero la más clara fue para Luis Madrigal ante el arco desguarnecido, cuando los santistas se resignaban al empate, el delantero Rayado increíblemente falló lo que era un simple pase a la red. Un lujito de Jonathan, un centro venenoso de Lozano, añadieron emociones al cierre del primer tiempo, hasta que llegó el silbatazo y 15 minutos de receso a un buen partido.
El nerviosismo fue el protagonista principal durante el segundo lapso, preocupados los laguneros porque no cayera el empate, ilusionándose con contadas oportunidades de su equipo a la ofensiva, por lo que nada estaba escrito. Por su parte, los Rayados hicieron ingresar a sus hombres fuertes en la delantera, especialmente el argentino Funes Mori, quien ensayó desde fuera del área, pero no tuvo mayores oportunidades, las cuales sí se topó Madrigal, solamente para fallarlas frente al arco de Orozco, firmando una noche digna del olvido para el canterano de los regios.
Se estrenó en el Corona el VAR, pero no fue como los aficionados hubiesen querido, ya que sirvió para anularle un gol a Santos, marcado por el brasileño Matheus Doria en un remate de fantasía, pero todo se derrumbó luego de revisar las repeticiones en video. La espera fue larga para que llegara el silbatazo final, hasta que el mundialista César Arturo Ramos complació a los laguneros que festejando despidieron a su equipo al grito de "Dale, dale, dale campeón", ya con el boleto a la liguilla prácticamente asegurado.