Columnas la Laguna

TRADICIONES AL VAPOR

HIGINIO ESPARZA RAMÍREZ

-¿Por qué salen tan sabrosos sus tacos don Jaime?

-Porque los hago con amor, porque me gusta mi trabajo. Mi recompensa está en los niños que demandan a gritos ante sus padres que ya llegaron a las ollas de servicio: -¡yo de mole! ¡yo de papas y frijoles sin chile, que sean siete!

Con 25 millones 920 mil tacos elaborados con sus manos a lo largo de casi cuatro décadas -despacha tres mil al día -don Jaime fundó en Gómez Palacio un negocio atendido por un sola familia, la de él justamente, todos sus integrantes con la misma vocación de servicio. Sus hijos, nietos y yerno se desenvuelven como asistentes y le han aliviado la carga en el transcurso de los años. -Hemos creado un negocio de familia para familias, explicó el entrevistado.

Largas filas de mujeres, hombres y niños identifican el modesto negocio, ahora operando bajo techo por la avenida Morelos, entre Juárez y Zaragoza. Tiene como clientes -dijo- a franceses, japoneses y coreanos, a los laguneros que radican en Los Ángeles, San Francisco. Dallas, Denver y Toronto, Canadá quienes lo visitan cada vez que regresan a México y paisanos de Oaxaca, Toluca, estado de México, Monterrey, Zacatecas y Durango. De la Comarca Lagunera los hay de Torreón, Gómez Palacio, Lerdo y comunidades rurales de los dos estados.

El 14 de marzo de este año, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofrepis) revalidó la calidad del alimento con el folio GP/02/00899. Sus inspectores tomaron muestras de comida, las probaron y aprobaron, confirmando los resultados de verificaciones anteriores. "Es un alimento sano, nadie se ha enfermado y yo menos, pues lo preparo y lo como a diario", presumió.

De pasada aclaró que los tacos no son hechos al vapor precisamente sino que se cocinan como todos los alimentos, a fuego lento, utilizando aceite vegetal. -El vapor no es otra cosa que los "baños maría" para mantenerlos calientitos en sus ollas de aluminio.

Las piezas son hechas con dos delgadas tortillas de maíz rellenas de frijoles licuados, papas y mole con chicharrón, A cada charola servida se le aplica una guarnición de los mismos ingredientes y un tenedor de plástico complementa el servicio.

En los "Tacos del Güero Jaime" o "Los Jaimitos" -uno de sus hijos lleva el mismo nombre- afirma que no hay distinción de clases sociales, pues lo mismo acuden médicos que campesinos, cuidadores de coches, empresarios, enfermeras, licenciados en derecho agrario, civil y penal, ingenieros de todos los rangos, banqueros y reporteros descontinuados; damas ejecutivas que se sientan al lado de las familias con hijos que llegaron primero a la mesa, amas de casa; novios, recién casados y deportistas -Conviven y son sencillos en su trato. Hay aires de hogar… (tan es un hogar que no se dan propinas, me consta).

Además de la calidad certificada del alimento, su costo está al alcance de todo mundo, subraya el comerciante asentado en Gómez Palacio desde hace más de 35 años. -Por 32 pesos el cliente degusta siete tacos refresco incluido. Los demás precios resultan cómodos: 5 tacos por 15 pesos y 10 por 30 pesos. -Todos quedan -quedamos- satisfechos.

Don Jaime Hernández Varela, su nombre completo, entró ya a los 64 años de edad y no sólo prepara y vende tacos: también juega futbol en la posición de guardameta y para demostrarlo, muestra una fotografía que nos recuerda al "Gato" Marín de cuando el Cruz Azul ganaba campeonatos año tras año.

Heredero de una tradición que inició en Torreón su padre José Guadalupe Hernández Ornelas en 1985, don Jaime está feliz porque todos los paisanos que regresan periódicamente del extranjero buscan sus tacos y se despiden con un "¡Gracias Güero!, ¡que Dios te bendiga!" y se van alegres con la mano en alto. -Esto es lo mejor para mí, es motivo de gran satisfacción, subraya el guardián de las cabañas futboleras.

Itinerante al principio, ahora cuenta con un establecimiento techado, con cortinas y servicios sanitarios, un espacio que ya le queda chico con mesas llenas adentro y largas filas de personas en las afueras esperando calmosamente el momento de llegar al área de pedidos aunque tarden más de media hora. -Pero no protestan, son pacientes y no se cansan, cosa que les agradezco profundamente…

Tampoco nuestro personaje se cansa: comienza a trabajar en la preparación de tacos a las tres de la mañana en la cocina de su casa y la jornada se prolonga hasta las dos de la tarde. -Antes cobraba con la izquierda y despachaba con la derecha. Ahora ya no, mi hija cobra y el resto de la familia asea el lugar, acomoda sillas y mesas, prepara las salsas y elabora jugos naturales. Antes hacía solo todo esto. Ahora la familia completa está involucrada y del mismo modo se desempeña con enorme voluntad. En consecuencia, -reiteró- somos un núcleo familiar al servicio de las familias laguneras y foráneas que nos favorecen.

"Emplearse uno mismo en una actividad propia y redituable", recomienda Hernández Varela a los mexicanos que no tienen trabajo en su tierra y a quienes la indiferencia gubernamental empuja a las ajenas donde los tratan muy mal. Aunque no lo dijo abiertamente, se consideró un ejemplo de lo que se puede lograr con visión y un esfuerzo personal en un país con un creciente desempleo, sin necesidad de irse al extranjero a sufrir humillaciones.

-"Yo aquí sigo, entregado a mi trabajo junto con los míos. ¡Ya hasta salgo en el Internet!, lo cual nos dice que ya nos internacionalizamos", dice ufano y se despide de mano… la de los tacos para ser precisos.

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