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Saque de Banda

RENÉ DE LA TORRE

Durante muchos años, los otrora Vaqueros Laguna carecieron de un pelotero que generara un gran click con su afición. Si bien siempre han tenido sus buenos e incondicionales seguidores, una buena parte de los laguneros fanáticos al deporte, tal vez habían escuchado de Santiaguito, Tony Peña, Morejón, Chava Valdés y compañía pero si se llegaban a cruzar con ellos en las anchas calles de Torreón, sin la entonces franela naranja, los peloteros pasaban desapercibidos totalmente. No había una identificación del ciudadano con los peloteros que defendían la franela de la novena local.

Los mazatlecos acertaron al regresar a los orígenes de la identidad guinda. Remodelaron el parque para ganar la confianza de la noble afición que veía su llegada con temor de que mudaran la franquicia a suelo sinaloense.

La directiva encabezada por David Cortés armó un roster mediano, capaz de ganarle a los equipos comparsa y con posibilidades de colarse al playoff. Dustin Crenshaw y Ricky Álvarez eran los únicos peloteros que sobresalían del resto.

Al arranque de la temporada las actuaciones de este par dieron buenos dividendos para Laguna y se convirtieron en los pilares del equipo.

De manera tan inexplicable como inverosímil, la dirigencia mazatleca optó por cortar de tajo a su mejor lanzador apenas unas semanas atrás. Casi a mitad de la campaña Crenshaw dejó al equipo y con ello, la responsabilidad de convertirse en el referente guinda quedó únicamente en el Wolverine.

Ricky Álvarez, con el impresionante poderío en sus muñecas, llegó para hacer ese click con la gente que Unión Laguna necesitaba. Navegando en el mar lagunero y con el monstruo mediático que es Santos en la región acechando las aguas, Vaqueros encontró en el Wolverine al marinero que abriera las puertas del barco guinda para que los aficionados se atrevieran a subirse a la nave otra vez.

A inicios de semana la directiva anunció que el toletero dejaba el equipo para enrolarse con los Leones de Yucatán, también propiedad de los Arellano. La parcialidad que había encontrado en el Wolverine a su referente en el diamante hoy siente lo que sintieron los santistas cuando su jugador estrella en turno es enviado al América.

Esta decisión probablemente haya sellado el destino de Vaqueros del Unión Laguna. La multipropiedad en la Liga Mexicana de Beisbol propicia que un equipo sea totalmente desarmado para fortalecer a otro sin pensar siquiera en lo que los aficionados puedan sentir.

Hoy por hoy, la afición de los otrora Algodoneros se siente decepcionada. Cuestionando incluso si realmente la nueva directiva trabaja con la seriedad que prometieron a su llegada.

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