Los mexicanos siguen a su selección a cualquier parte del mundo. (El Universal)
La afición mexicana marcó presencia y garantizó el picante en el amistoso que disputaron México y Bélgica en la fría noche de ayer, en la capital belga.
Equipados con sombreros, playeras, banderas y trompetas, los cerca de mil 500 hinchas del Tri presentes en la grada animaron el equipo de Juan Carlos Osorio del inicio al fin del partido, a los gritos de "¡México, México!" y ritmados por "olas" a las que se sumó la afición local.
Compitieron en ruido con un público belga muy animado y, pese a estar en número muy inferior, lograron hacerse oír en el Estadio Rey Balduino, cuyas 50 mil plazas estuvieron casi completas para ese primer amistoso del Tri antes del Mundial de Rusia, en 2018.
Además de residentes en diversas ciudades de Bélgica, el público mexicano estuvo formado también por paisanos que no dudaron en hacer el viaje desde Holanda, Francia o Alemania para apoyar a la selección nacional, que al final logró un decoroso empate a empate a tres goles con los "diablos" de Bélgica.
"Estábamos a trabajo en Alemania y aprovechamos la ocasión para venir ver e partido", explicó a Notimex Jaime Maldonado, acompañado de sus hijos Érick, Jaime y Fernando.
El matrimonio Clarissa y Eduardo Reyes, que lleva dos meses viviendo en Alemania, viajó cuatro horas en coche para ver al Tri por primera vez.
El resultado del partido es menos importante que la experiencia, aseguran ambos, mientras enseñan una pancarta que confeccionaron con los nombres de Chicharito y Ochoa, sus jugadores preferidos.
El amistoso atrajo también un grupo de fieles hinchas que reside en Estados Unidos y recoge el mundo siguiendo al equipo mexicano.
"Seguimos todos los partidos. Amistoso, Copa de las Confederaciones, todos los mundiales, desde Estados Unidos, Japón, Alemania, Sudáfrica", contó Gerardo Giacomán, quien ira a Rusia a por su sexto mundial.
A Bélgica, Giacomán viajó acompañado de Federico Burhad, quien sigue el Tri desde 1970, y Rafael Figueroa, otro incondicional.
"Hay quien diga "¡qué tontos, irse a Bélgica para ver un partido!". Pero no es cierto. Yo vengo de vacaciones, conocer la vida, ver los monumentos, y aprovecho de los partidos. Es todo en un paquete. Es un ambiente muy bonito este", sostiene.
"El dinero no importa, se queda ahí. Eso me lo voy a llevar yo. El dinero está bien gastado en esto", asegura.