Ayer para don Chuy, el que le dieran de comer gorditas fue un gran banquete, incluso bromeaba que como lo trataban bien se quedaría a vivir permanentemente en el albergue. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Son 14 años que don Jesús López llegó a Francisco I. Madero, de su natal Chihuahua, pues le dijeron había mucho trabajo en la pisca del algodón, pero al final terminó en la calle, en situación de indigencia y subsistiendo con 20 o 30 pesos diarios, que obtienen de la pepena de material para reciclar.
Don Chuy, quien asegura tener 84 años de edad, fue una de las dos personas que se alojaron en el albergue que se habilitó en la Casa Cultura de Madero. No quería pero finalmente accedió, ya que cuenta que la noche del jueves el frío “pegaba” tan fuerte, “calaba” mucho, que creyó que “no la iba a hacer”, pues cuenta que otras veces se queda en una “tapia” debajo de un puente, donde lo “agarre la noche”.
Platicó que nunca formó una familia, no se casó y sus padres y hermanos ya fallecieron. Llegó a Madero hace 14 años para trabajar en los campos de algodón, pero por su edad ya es difícil que le den empleo, por lo que todos los días recorre la ciudad para recolectar “chatarra” u otro tipo de material reciclable que vender para obtener algo de alimento.
Con lo que pepena, obtiene entre 20 y 30 pesos al día, que le alcanza para comprar un poco de tortillas y una bolsa de frijoles, con eso tiene para comer dos veces al día.
Ayer para don Chuy, el que le dieran de comer gorditas fue un gran banquete, incluso bromeaba que como lo trataban bien se quedaría a vivir permanentemente en el albergue.