A una década de su muerte, ocurrida el 8 de junio de 2007, el legado del dramaturgo español José Martín Recuerda se mantiene vigente a través de las Jornadas de Teatro que llevan su nombre y cuya segunda edición se realiza del 6 al 9 de junio en el Palacio de la Madraza, en Granada, España.
Las actividades iniciaron este 6 de junio con la ponencia “Martín Recuerda, más allá de su propio teatro”, de Andrés Molinari, y continuaron con la conferencia “Martín Recuerda, un dramaturgo en permanente lucha”, de Miguel Ávila Cabezas.
Para hoy está programada la mesa redonda “Claves de la dramaturgia de José Martín Recuerda”, mientras que en la clausura de las Jorndas, el próximo viernes se entregará el XV Premio de Teatro “José Martín Recuerda” y se realizará la Lectura Dramatizada de Caso Norma, obra ganadora de la XIV edición.
Además, cada año desde hace cinco, la Fundación José Martín Recuerda en colaboración con las concejalías de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Salobreña, realizan un concurso de Teatro Escolar, cuyo ganador se dará a conocer el 16 de junio próximo.
Este año participan Primavera negra, creación teatral colectiva del Grupo Kalandra del I.E.S. Nazarí; El país sin nombre, una adaptación de la obra de José Cañas Torregrosa que presenta el grupo de teatro del Colegio Mayor Zaragoza, y Los animales del bosque, de José Luis Lledó, a cargo del Grupo de Teatro del Colegio San Juan de Ávila de la Caleta.
José Martín Recuerda, quien fue fundador y director del Teatro Español Universitario, galardonado y aclamado en diversas ocasiones por la crítica española, nació en el seno de una familia humilde originaria del municipio de Granada, España.
Algunas biografías señalan su fecha de nacimiento el 17 de junio de 1926, aunque el diario El país señala que su verdadera fecha de nacimiento podría remontarse a algunos años atrás.
A pesar de tener algunas incursiones en la novela, desde temprana edad se caracterizó por su vocación por el teatro, así como su pasión al darle vida a un escenario.
En la página oficial de su fundación se concibe su trabajo como la escritura teatral en función de su representación escénica, sacrificando cualquier expresión retórica o literaria que no pueda "mantenerse en pie" desde la realidad escénica y pueda menoscabar la verdad dramática.
Estudió la Licenciatura en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, en la década de 1950 y fundó el Teatro Español Universitario, que convirtió en un instrumento estable capaz de sobrevivir a las dificultades sociales, políticas y humanas, gracias al cual la ciudad encontró una pequeña pero efectiva vía de escape a sus permanentes angustias.
Fue en esos años en los que José Martín Recuerda comenzó a hablar de “teatro realista” en España, lo cual aplicó en sus primeras obras basadas principalmente en el trabajo de los dramaturgos Buero Vallejo (1916-2000), Alfonso Paso (1926-1978) y Alfonso Sastre (1926), lo cual retomó en un sentido de regeneración escénica más que en un análisis.
En su primera obra, titulada La llanura (1947) se muestra por primera vez su auténtico alcance, su originalidad, su valentía, parte de su credo estético y una declaración implícitamente contundente, casi suicida en aquel tiempo, de su inamovible credo ético.
Para después lograr el prestigioso “Premio Lope de Vega” por su obra El teatrito de Don Ramón (1958), galardón que también ganó en 1975 por El engañao (1975).
Según el diario El país, el autor teatral se consagró gracias al estreno de Las salvajes en Puente San Gil (1963), la cual fue llevada a la pantalla grande por el cineasta español Antoni Ribas (1935-2007) en 1966, justo el año de su exilio voluntario en París, donde trabajó en la Universidad de La Sorbona, para después migrar a Estados Unidos, país en el que continuó su labor docente.
A su regreso a España, se hizo cargo de la cátedra de teatro Juan de la Encina de la Universidad de Salamanca. Entre sus obras destacan ¿Quién quiere una copla del arcipreste de Hita? (1965), Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipcíaca (1970), Las conversiones (1981), El carnaval de un reino (1983), La Troski(1984), La cicatriz (1985) y El Amad's (1986).
Su última obra dramática fue No queremos la revolución (1997); luego de distintos reconocimientos en su natal Granada, falleció el 8 de junio de 2007, en Motril, España, año en el que se le rindió homenaje por parte del Ayuntamiento de Salobreña, dando su nombre al Auditorio de la Villa y se le concedió el Pozo de Oro por el Patronato Federico García Lorca de Fuente Vaqueros en Granada.
Tras su muerte diversos colectivos sociales, políticos y culturales, así como amigos, estudiosos e investigadores enamorados y defensores de su obra dramática crearon una Fundación Cultural que se fundó en septiembre de 2011, la cual preserva y divulga el legado cultural que constituye la personalidad y los valores creativos del autor y su dramaturgia.