El artista multidisciplinario Adolfo Patiño, quien destacó en México y Estados Unidos en ámbitos como la fotografía, la instalación, la documentación, el video y la poesía, es recordado este 30 de agosto al cumplirse 12 años de su muerte.
Adolfo Patiño, conocido en el medio como “Adolfotógrafo” o “Adolfrido” nació el 7 de diciembre de 1954 en la Ciudad de México, lugar en el que desde temprana edad manifestó un gusto predominante por el arte, razón por la que realizó sus estudios profesionales de fotografía en el Instituto Mexicano de Fotografía en la década de 1970.
De acuerdo a un fragmento de la Tesis perteneciente a la Licenciatura en Artes Visuales, titulada Performance en México (Historia y desarrollo) de la antes conocida Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1973, fundó el Grupo Cultural JAVERA en el Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Naucalpan, UNAM.
Mientras que el libro La era de la discrepancia (2006), de Olivier Debroise, señala que Adolfo Patiño constituyó el grupo “Fotógrafos independientes” a lado de Agustín Martínez Castro, Alberto Pergón, Miguel Fematt, Rogelio Villareal, Xavier Quirarte y su hermano, Armando Cristero.
Quienes en abril de ese mismo año en la Zona Rosa, realizaron la primera “exposición ambulante”, en la que colgaron a partir de hilos tendidos imágenes en las banquetas, y por medio de la cual su propósito era sensibilizar al público mexicano con la lectura de las imágenes fotográficas y contrarrestar la falta de interés.
En opinión del portal del “Museo Blaisten”, fue por su versatilidad que se desempeñó como fotógrafo, pintor, escultor e instalador, lo cual se distingue por el empleo de madera en la mayoría de sus obras, muchas de ellas consideradas como arte-objeto.
En 1978 fundó el grupo de arte experimental “Peyote y la Compañía”, en el que trabajaron artistas visuales como Carla Rippey, Armando Cristeto, Alberto Pergón, Angel de la Rueda, Xavier Quirarte, Ramon Sánchez Lira (Mongo), Esteban de Azamar y Agustín Martínez Castro.
Al que también fueron invitados los pioneros en artes escénicas Juan José Gurrola, Lucrecia Cuevas, Enrique Hernández, Enrique Luna, Enrique Guzmán y como miembro honorario el artista venezolano Carlos Zerpa.
A principios de 1980 se mudó a la ciudad de New York donde expuso su obra, anterior y posteriormente también exhibida alrededor de la República Mexicana, con un total de 25 exposiciones individuales y alrededor de 384 colectivas.
Para 1983 presentó su primera exposición individual, en la desaparecida Galería Chapultepec. Entre otras de sus técnicas, se caracterizó por emplear en su obra materiales orgánicos, utilizando principalmente las rosas rojas.
En 1987 fundó la Galería neo-vanguardista “La Agencia” hasta su cierre en 1995, la cual albergó obra artística que abarcó disciplinas de fotografía, objeto, performance, teorías (inéditas), marcos de referencia, instalaciones, esculturas, ambientaciones, radio, poesía, gráfica y video.
En una entrevista publicada por el periódico La Jornada, Adolfo Patiño se dijo admirador absoluto de Marcel Duchamp (1887-1968), cercano a la ''pasión vivencial'' de Frida Kahlo (1907-1954), al lado ''despreocupado'' de Armando Reverón (1889-1954), al calor ''intimista y sensual'' de Henri Matisse (1869-1954), así como a los dadaístas, los estridentistas y los mexicanistas de la época de oro del muralismo.
Entre sus múltiples labores, fue jurado de la VII Bienal de Fotografía, exposición inaugural del Centro de la Imagen. De 1983 a 2005 realizó más de 20 exposiciones individuales en las que siempre se involucró a la fotografía.
Su obra fue reconocida con la Mención Honorífica en el Segundo Encuentro Nacional de Arte Joven en 1982; Premio de Adquisición en Pintura en el Tercer Encuentro Nacional de Arte Joven en 1983; Mención Honorífica en la I Bienal de la Habana en 1984; Mención Honorífica en la 1ª. Bienal Monterrey en 1992.
Además de que su trabajo fue sido incluido en las colecciones del Metropolitan Museum of Art, Nueva York; Museo de Monterrey, México, y la Brent Gallery, de Houston, Texas, entre otras.
Pionero de la instalación y el performance, Adolfo Patiño falleció la madrugada del 30 de agosto de 2005, a los 50 años de edad al caerse de la azotea del edificio en el que vivía.
Dejando huella como un artista extraordinario multifacético y versátil, con reconocimiento de todos los historiadores del arte actual y siendo figura en muchos libros de arte contemporáneo como Photography: A cultural history (2002), de Mary Warner Marien.